Sobrevivientes al cáncer (2-4)
Quien era su esposo en ese momento y sus hijos la apoyaron en todo; relata que su pareja le dijo que no se casó con ella por sus senos
El cáncer es una enfermedad que se ha vuelto más común en nuestro país y, según la Organización Mundial de la Salud, cada día 22 dominicanos mueren por esta situación. Se calcula que 4,600 hombres y 3,600 mujeres fallecen al año.
La lucha por sobrevivir tiene muchas historias dignas de contar, como la de Magdeline Sigaran. Esta dama, de 66 años, hace más de dos décadas (en 1995) que luchó contra el cáncer de mama. En ese entonces estaba iniciando la etapa de los cuarenta.
Según relata a De Último Minuto, su inquietud comenzó cuando su madre fue diagnosticada con cáncer de mama. En ese entonces, para prevenir que ella también enfermara, pidió a los médicos que la revisaran, pero la respuesta durante seis meses fue la misma: “no podemos hacerte el estudio”.
Esta negativa se debía a que Maggie, como la conocen sus amigos, vivía en los Estados Unidos con sus hijos.
“A mi mamá le hicieron una mamografía y le cortaron un seno, al ver esto empecé a insistir, aunque estaba joven, supliqué por seis meses, porque en Estados Unidos a cierta edad es que te la hacen”, cuenta.
Para Magdeline, su insistencia fue la que le “salvo” la vida, ya que cuando accedieron a realizarle los estudios, en los resultados encontraron “una mancha negra”. Esto significaba una sola cosa, sus sospechas eran ciertas, tenía cáncer de mama.
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Debido a que este fue detectado a tiempo, no tuvo que ser sometida a quimioterapia ni perder su cabello, pero durante seis meses estuvo en manos de un oncólogo.
A pesar de la calma que sintió durante ese tiempo, luego de un año, Magdeline acudió nuevamente a un chequeo rutinario, pero en su corazón tenía la sospecha de que nuevamente tendría que enfrentarse a ese “monstruo”.
“En menos de un año me sentí el seno extraño cuando lo topé. Fui al médico y le dije que creía que el cáncer había regresado, me hicieron otra mamografía y efectivamente, había vuelto”, narró.
Cuenta que al ser diagnosticada nuevamente, el doctor le recomendó cortar el seno afectado, pero que pensado en sus hijos, que en ese tiempo estaban pequeños, por lo que le pidió al especialista que “cortara ambas mamas”, para evitar una situación similar en otro momento.
“Yo lo que quería era vivir para mis hijos, a la semana fui y me cortaron el derecho y al año me lo reconstruyeron. Veía un oncólogo cada seis meses hasta el sol de hoy estoy libre”, manifiesta.
Al no residir en el país, sus mamas fueron reconstruidas nuevamente, ya que, según explica, en ese tiempo el presidente de los Estados Unidos era Bill Clinton y había decretado que a toda mujer que le “cortaran” un seno, debían ponérselo nuevamente.
Una de las características que hacen a Maggie una mujer excepcional, es la alegría y positividad con la que enfrenta sus problemas.
Recuerda que al ser diagnosticada con cáncer, nunca se puso a llorar, porque su mayor anhelo era luchar por sus hijos. “Si te pones negativa te enfermas más. Yo soy diabética y tengo otros males, pero nadie se da cuenta porque siempre he sido positiva”, expresa esta dama que ya tiene 17 años viviendo en el país que la vio nacer.
Un consejo
“Les recomiendo hacerse la mamografía y el papanicolaou, no sean negativas, y si lo tienen vayan a todas sus citas y cuídense. Háganse el examen mensual, con menos de cinco minutos puedes salvar tu vida”, puntualizó.
