Bogotá.– Cuatro de las cinco personas que supuestamente perpetraron la masacre de los cuatro miembros de una familia en el municipio colombiano de Landázuri, en el departamento de Santander (noreste), murieron linchadas este domingo por la comunidad que salió a su caza tras el crimen.
El gobernador de Santander, Mauricio Aguilar, señaló que una persona salió ilesa de la matanza y fue a buscar ayuda de la comunidad que hizo «justicia por su cuenta, quitándole la vida a cuatro de los asesinos».
«Hay otra quinta persona que estamos buscando, investigando, y que haría parte de este macabro crimen», expresó el funcionario, quien agregó que la masacre fue perpetrada, al parecer, por ciudadanos venezolanos con armas blancas.
Las víctimas del crimen, cometido en la vereda (aldea) Buenos Aires, son el profesor Álvaro Díaz y su esposa Loiden Acuña, así como sus hijos de 13 y 20 años.
El Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) señaló que esta es la masacre número 77 cometida en Colombia en lo que va corrido del año, de las cuales 13 han ocurrido desde el 7 de agosto cuando Gustavo Petro asumió la Presidencia.
DETALLES DEL CASO
El secretario del Interior de Santander, John Ruiz, detalló en una conferencia de prensa que una mujer que trabajaba en la casa sobrevivió al ataque e informó a las autoridades lo que ocurrió.
«La empleada que se encontraba allí fue herida, logró escapar y alertó a la comunidad, que trató de perseguir a los presuntos responsables de este hecho», agregó.
Igualmente dijo que al parecer los autores del crimen fueron cinco personas, cuatro hombres y una mujer.
PETICIÓN DE MEDIDAS
La procuradora regional de Santander, Magda Buendía, pidió al alcalde de Landázuri, Marlon Ballén, «tomar las medidas necesarias» ante la delicada situación de orden público que vive el municipio.
Esas medidas, agregó la funcionaria, «son decretar el toque de queda y solicitar al Ejército Nacional y a la Policía Nacional el acompañamiento en el municipio».
«Igualmente se requirió a la Gobernación de Santander para que se convoque un consejo de seguridad en sitio. De igual manera se solicitó a Policía y Ejército presentar un informe sobre los hechos acontecidos en el municipio», detalló Buendía.
En ese sentido, el gobernador Aguilar aseguró que se realizaron dos consejos de seguridad en los que se decidió que una comisión se desplazará el lunes para atender la situación.
«También se tomó la decisión de toque de queda a partir de las 6.00 de la tarde para evitar alteraciones de orden público por parte de la comunidad frente a una posible asonada», expresó el funcionario.
La violencia se ha recrudecido en las últimas semanas en el país a pesar de la ambiciosa iniciativa del presidente colombiano, Gustavo Petro, de lograr una «paz total».
Esto incluye negociaciones con los grupos armados ilegales que persisten, bien sea mediante una negociación de paz en casos como el del Ejército de Liberación Nacional (ELN) -una guerrilla política- o un sometimiento a la justicia para los involucrados en delitos comunes, como los de las bandas de narcotraficantes o las disidencias de las antiguas FARC.