Un hecho que sigue generando más preguntas que respuestas. Tras el desastre, una gran cantidad de menores quedaron en situación de orfandad.
Santo Domingo.- La madrugada del martes 8 de abril de 2025, la noche de fiesta en la emblemática discoteca Jet Set se convirtió en una tragedia nacional cuando, durante un concierto del merenguero Rubby Pérez, el techo del club se derrumbó inesperadamente. Ese colapso estructural arrojó cifras escalofriantes: decenas de muertos, heridos, familias destrozadas y una herida abierta en la conciencia colectiva del país.
Desastre sin precedentes
Según las investigaciones preliminares y los reportes oficiales, el techo cedió sin aviso poco más de una hora después de iniciar la presentación de Rubby Pérez. En ese momento, el local, que funcionaba como discoteca desde 1994 tras haber sido un cine, estaba más que lleno, con cientos de personas dentro.
El resultado fue devastador: 236 personas fallecidas, de acuerdo con cifras finales actualizadas, y más de 180 heridos.
Entre los fallecidos se encontraban figuras reconocidas: además de Rubby Pérez, murieron exbeisbolistas de Grandes Ligas como Octavio Dotel y Tony Blanco; también perdió la vida la gobernadora de Monte Cristi, Nelsy Cruz, hermana del beisbolista Nelson Cruz, así como personalidades del ámbito del arte, la moda y la administración pública, como el diseñador Martín Polanco, el director de Infraestructura Urbana del Distrito Nacional, Christian Alejandro Tejeda (junto a su esposa e hija), y el saxofonista Luis Solís “Chican”, del conjunto de Rubby Pérez.
El impacto social fue inmediato y profundo. Familias enteras quedaron destruidas, mientras el país entero entró en un doloroso luto.
Huérfanos, sobrevivientes y un país en duelo
Tras el desastre, se determinó que una gran cantidad de menores quedaron en situación de orfandad. Según datos oficiales del Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (CONANI), al menos 174 niños, niñas y adolescentes quedaron huérfanos de manera total o parcial, ya que varios de ellos perdieron a ambos progenitores.
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En un principio, los reportes hablaban de 136 huérfanos, de los cuales 19 habían perdido a sus dos padres.
Las heridas físicas y emocionales de los sobrevivientes también han sido numerosas. Muchos resultaron con traumas graves y otros continúan recibiendo atención médica y psicológica.
Voces que afirman que se ignoraron las advertencias
No solo las evidencias técnicas apuntan a negligencia. Varios exempleados y testigos del Jet Set han declarado que los dueños del local estaban plenamente conscientes del deterioro estructural del edificio y optaron por no tomar medidas decisivas, incluso cuando las señales de peligro eran evidentes.
Según la acusación del Ministerio Público, los hermanos Espaillat recibieron advertencias internas, fotografías, videos y comunicaciones de su propio personal que mostraban filtraciones, desprendimientos de plafones y caídas de material desde el techo. A pesar de ello, continuaron con la operación del club.
Uno de los extrabajadores, citado por medios locales, entregó al Ministerio Público “videos y conversaciones” en los que advertía claramente que el techo representaba un riesgo y recomendaba suspender los eventos, en particular la fiesta del 8 de abril.
Además, tras el colapso, la investigación reveló que los imputados intentaron influir e “intimidar” a empleados que podrían servir como testigos, con el fin de obstaculizar el proceso judicial.
Este testimonio interno, junto con las evidencias estructurales, refuerza la tesis de que la tragedia no fue un accidente imprevisible, sino el resultado de una negligencia consciente mantenida a lo largo del tiempo.
Investigación judicial
Ante la magnitud del desastre, el Ministerio Público de la República Dominicana abrió una investigación penal para determinar responsabilidades por la tragedia, a fin de aclarar las causas del colapso, posibles negligencias de los propietarios y fallos en los controles estructurales.
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Los propietarios del establecimiento, los hermanos Antonio Espaillat y Maribel Espaillat, fueron detenidos como parte de las pesquisas. No obstante, su situación jurídica ha generado polémica, ya que un tribunal determinó libertad bajo fianza para ambos, pese a la gravedad del siniestro.
Estado actual del caso: ocho meses después
Ocho meses después de aquella fatídica noche que marcó a la República Dominicana, el drama sigue abierto. Según un reciente informe internacional, la investigación permanece estancada, lo que alimenta los reclamos de impunidad por parte de los familiares de las víctimas.
Mientras tanto, los huérfanos del Jet Set continúan luchando por sobrevivir al vacío dejado por sus padres. Muchos claman por justicia, compensaciones dignas y garantías de que lo sucedido no se repetirá.
El Estado dominicano ha activado programas de apoyo social que incluyen subsidios económicos temporales, asistencia psicológica y seguimiento sociofamiliar. Sin embargo, para muchos afectados estos recursos no bastan para reparar el daño y, para otros, aún no han llegado.







