El pastor y sus secuaces fueron detenidos minutos después y trasladados al tribunal de Shanzu
Nairobi.- El número de presuntos miembros de una secta cristiana que ayunaron hasta morir en el sur de Kenia para reunirse con Jesucristo ha aumentado de 145 a 150, informó la Policía, mientras siguen las excavaciones en busca de más cadáveres en un bosque.
«Encontramos cinco cuerpos después de excavar las fosas y también logramos salvar a dos personas», afirmó a última hora de este jueves miércoles en declaraciones recogidas hoy por medios locales la comisionada regional de policía de la Costa keniana, Rhoda Onyancha.
Onyancha precisó que 72 personas han sido rescatadas con vida hasta la fecha en el bosque de Shakahola, en el costero condado de Kilifi, donde sucedieron los hechos y empezó la segunda fase de excavaciones el pasado martes
Un total de 594 familias han registrado, hasta el momento, seres queridos desaparecidos, aunque no está claro que todos los casos estén relacionados con esta secta.
«Hasta ahora, se han tomado muestras de ADN de las familias. Todavía son 93 (las muestras de ADN obtenidas) y el número de detenidos también es de sólo 25», agregó Onyancha.
El número de personas reunidas con sus familias se mantiene en catorce.
Casi todos los muertos de la llamada «masacre de Shakahola» han sido exhumados de tumbas y fosas comunes halladas en ese bosque, a excepción de unos pocos que murieron en el hospital por su estado grave.
Las autopsias de más de un centenar de cuerpos evidenciaron que, si bien todos mostraban signos de inanición, los cadáveres de al menos tres menores y un adulto tenían también rastros de estrangulación y asfixia, mientras las primeras investigaciones de la Policía apuntan a que los fieles eran forzados a seguir con el ayuno aunque quisieran abandonarlo.
Este miércoles, el tribunal de Shanzu, en la ciudad costera de Mombasa, ordenó extender durante treinta días (iniciando el recuento el pasado 3 de mayo) la detención del líder de la secta que presuntamente persuadió a las víctimas para ayudar, el pastor Paul Mackenzie Nthenge, junto con su mujer y otros 16 sospechosos.
El pasado 2 de mayo, Nthenge y los otros detenidos fueron puestos en libertad por el tribunal de la turística ciudad costera de Malindi, después de que la Fiscalía manifestara su intención de formular cargos de terrorismo contra ellos, algo para lo que esa corte se declaró incompetente.
Sin embargo, el pastor y sus secuaces fueron detenidos minutos después y trasladados al tribunal de Shanzu, a unos 120 kilómetros, donde la Policía solicitó, sin éxito, autorización para tenerlos detenidos durante noventa días más.
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El pasado viernes, el presidente de Kenia, William Ruto, nombró una comisión de investigación presidida por la jueza Jessie Lesiit para esclarecer los hechos y determinar las negligencias administrativas o de seguridad que se pudieron producir.
Nthenge, bajo custodia policial desde el pasado 14 de abril, lidera la Good News International Church (Iglesia Internacional de las Buenas Nuevas).
Extaxista, el pastor ya fue detenido el pasado marzo después de ser acusado de la muerte de dos niños en circunstancias similares, pero obtuvo la libertad bajo fianza.