Santiago de Chile.- Un hombre resultó herido de bala este martes en un ataque incendiario contra un camión en la región La Araucanía, al sur de Chile, una zona donde existe un enconado conflicto territorial que se ha agravado en las últimas semanas y que enfrenta al Estado, empresas forestales y grupos radicales mapuches.
Fuentes del cuerpo policial de Carabineros confirmaron que un grupo de sujetos encapuchados prendieron fuego a un camión en ruta que se dirigía a al municipio de Carahue (kilómetros al sur de Santiago) y posteriormente efectuaron disparos a otro camión, resultando herido el conductor.
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La víctima era un trabajador de una empresa forestal y fue internado en un hospital local, informó el mayor de Carabineros, Javier Sepúlveda.
También se reportó el incendio a otro camión y maquinaria forestal en la localidad de Malleco y una casa incendiada en Padre las Casas, ambas en La Araucanía.
HUELGA CONTRA LA INSEGURIDAD
En la misma jornada, el gremio de transportistas declaró un paro parcial en todo el país que todavía no cesa por completo exigiendo seguridad en las rutas, después de una violenta semana en las carreteras del sur con varios ataques.
La semana pasada otra emboscada a un grupo de camiones, también en La Araucanía, dejó un herido grave y varios ataques incendiarios acabaron con una casa patronal, vehículos de carga, una bodega y una cabaña en dos municipios distintos de la región del Bío Bío.
En esta y otras regiones del sur de Chile existe hace décadas un conflicto territorial entre comunidades de la etnia mapuche -la mayoritaria en el país-, el Estado y empresas agrícolas y forestales que explotan tierras consideradas «ancestrales» por los indígenas.
En el último año, esta disputa ha experimentado una escalada de violencia con frecuentes ataques incendiarios a maquinaria y predios, tiroteos con víctimas mortales y huelgas de hambre de presos indígenas.
La violencia en el sur es uno de los principales retos del Gobierno del presidente Gabriel Boric, que desde que asumió el pasado marzo cesó la militarización de la zona y desplegó una estrategia de «diálogo» que, por ahora, no ha sido bien recibida por la comunidad local.
