El presidente Vladimir Putin elogió a la Iglesia Ortodoxa Rusa por apoyar a las fuerzas de Moscú que luchan en Ucrania en un mensaje de Navidad que busca unir a la población en torno a su visión del país, mientras Ucrania denuncia bombardeos en Bajmut durante el alto el fuego navideño propuesto por Rusia.
Una navidad sin brillo. Los ucranianos, al igual que los rusos y los ortodoxos de otros países, se movilizaron hacia las iglesias para celebrar los oficios de Nochebuena; una festividad ensombrecida por el conflicto que enfrenta a los vecinos ortodoxos de Rusia y Ucrania.
El Patriarca Kirill, dirigió un servicio religioso en la Catedral de Cristo Salvador de Moscú, con docenas de sacerdotes y oficiantes ataviados con llamativas vestimentas, balanceando incensarios humeantes y cantando la liturgia. Mientras que el presidente ruso, Vladimir Putin, asistió a los oficios en la Catedral de la Anunciación, una de las varias iglesias situadas en los terrenos del Kremlin.
Entre tanto en Kiev, los habitantes de la capital, en medio de la constante amenaza de bombardeos por parte de Rusia, aprovecharon la festividad para comprar regalos, pasteles y comestibles para las celebraciones familiares de Nochebuena, horas después de que comenzara el alto el fuego.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, elogió a los ucranianos por estar «unidos como nunca»; y lamentó que el conflicto haya obligado a dejar atrás las tradiciones populares navideñas que prohíben coser y cazar.
«Está prohibido coser y tejer, pero tejemos redes de camuflaje y cosemos chalecos antibalas, venciendo al mal. Nuestros antepasados no salían de caza en estas fechas; pero luchamos para no convertirnos en presas y vencer a la bestia», comentó en su mensaje navideño.
Putin envía mensaje unificador
En su mensaje, publicado en la página web del Kremlin, Putin dejó claro que consideraba a la Iglesia ortodoxa rusa como una importante fuerza estabilizadora para la sociedad.
«Es profundamente gratificante constatar la enorme contribución constructiva de la Iglesia Ortodoxa Rusa y otras confesiones cristianas a la unificación de la sociedad, la preservación de nuestra memoria histórica; la educación de la juventud y el fortalecimiento de la institución familiar», expresó Putin.
«Las organizaciones eclesiásticas dan prioridad … al apoyo a nuestros guerreros que participan en la operación militar especial (en Ucrania). Un trabajo tan masivo, complejo y verdaderamente desinteresado merece un sincero respeto», agregó.
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Muchos cristianos ortodoxos de todo el mundo rechazan el apoyo de la Iglesia Ortodoxa Rusa a la guerra de Moscú en Ucrania y ha dividido a la Iglesia Ortodoxa mundial.
De los 260 millones de cristianos ortodoxos que hay en el mundo; unos 100 millones están en Rusia y algunos de los que están en el extranjero están unidos a Moscú.
Por su parte, Ucrania tiene unos 30 millones de creyentes ortodoxos, divididos entre la Iglesia Ortodoxa Ucraniana del Patriarcado de Moscú y otras dos Iglesias Ortodoxas, una de las cuales es la Iglesia Ortodoxa Ucraniana autocéfala o independiente.
Moscú denuncia ataques ucranianos pese al alto al fuego
El Ministerio de Defensa ruso comunicó que sus fuerzas en Ucrania mantendrían hasta medianoche el alto el fuego declarado unilateralmente en honor de la Navidad ortodoxa, a pesar de que Ucrania rechazó la oferta de tregua.
El Ministerio de Defensa declaró que sus tropas sólo habían respondido a los disparos de artillería de las fuerzas ucranianas, a las que acusó de bombardear zonas civiles, una denuncia más usual de parte de Kiev.
Ucrania rechazó el alto el fuego de Moscú por considerarlo un truco destinado a dar a las fuerzas rusas la oportunidad de descansar y rearmarse, y afirmó que seguiría intentando recuperar el territorio arrebatado por Moscú.
La agencia de noticias Reuters alertó sobre bombardeos en la localidad ucraniana de Bajmut durante el alto el fuego navideño.
Ucranianos celebran la Navidad ortodoxa en Polonia rezando para volver a casa
Victoria, una refugiada ucraniana, celebra la Navidad ortodoxa en Polonia con una simple plegaria: volver a casa el próximo año.
Victoria es una de los millones de ucranianos que han huido de la invasión rusa y celebran las fiestas con sentimientos encontrados; alivio por estar a salvo, pero tristeza por estar lejos de sus familias.
«Lo importante es que sigue siendo una fiesta familiar… Esperamos celebrar la próxima Navidad con nuestra familia en casa», comentó la refugiada.
Irina Dolganych, una ucraniana de 34 años, afirma que esta navidad es diferente e incómoda.
«Lo intentamos porque tenemos hijos y no queremos que sientan esto (tensión), no se lo puedes explicar, para ellos es una fiesta. Igual que en mi infancia esperaba con ilusión la Navidad, creo que debería ser así para ellos», comentó Irina.
Con información de AP y Reuters