La victoria de los candidatos del ex primer ministro Imran Khan en las elecciones de Pakistán, pese a estar en prisión enterrado en un múltiples casos judiciales y tres condenas, fue un giro inesperado en los comicios generales, en gran parte por la revelación de que la influencia de las Fuerzas Armadas ya no es necesariamente determinante.
La mayoría de los análisis esperaban que Pakistán siguiese el guión de siempre: el triunfo de la fuerza política que recibe el respaldo discreto de los militares, vistos como el verdadero poder que dirige el rumbo de la potencia nuclear.
Con un centenar de candidatos electos leales a Khan, de los 266 escaños del Parlamento, aunque sin mayoría suficiente para formar gobierno, los resultados provisionales de las elecciones del pasado jueves destacan dos elementos:
La caída de los generales
El segundo lugar en los resultados de la Liga Musulmana del tres veces ex primer ministro Nawaz Sharif (PML-N), con 71 asientos en el Parlamento, daña seriamente el prestigio del poderoso Ejército de Pakistán, porque el mandatario era leído como el representante del orden establecido paquistaní.
La cultura política y la caída de todos los gobiernos hasta la fecha, por golpes de Estado, procesos judiciales, o por una moción de censura, y las victorias electorales, han estado casi siempre asociadas a la gracia del poder militar.
Ningún primer ministro ha completado un mandato de cinco años en los 75 años de historia de Pakistán.
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La destitución del Gobierno de Khan en 2022, su encarcelamiento y el de sus principales colaboradores, decenas de casos judiciales y la desarticulación del partido, tienen también la sospechada mano del ejército para intervenir en panorama nacional.
El propio Sharif, que nunca completó ninguno de sus primeros mandatos, experimentó las consecuencias cuando en sus gobierno anteriores intentó desafiar el mando militar.
Por ello, la victoria de los candidatos de Khan cambia la forma en la que es vista «la mano invisible», «los chicos (en inglés the boys)», o el «establishment», todos eufemismos usados en Pakistán para hablar de los generales.
Las siete vidas de Khan
Los independientes tiene de momento 100 escaños, a falta de 15 más por decidir. La mayoría de ellos son miembros del partido de Khan, Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI), que tuvieron que inscribirse como independientes porque la Corte Suprema impidió a la formación de presentar candidaturas, un mes antes de las elecciones, y por tanto su triunfo es el triunfo de Khan y del PTI.
La victoria de Khan y el PTI era casi impensable, no por la falta de popularidad, si no porque el opositor llegó a la fecha de las elecciones atado de pies y manos, sin poder ser candidato y preso.
Khan carga con más que eso. El ex primer ministro fue expulsado del poder en abril 2022, con una moción de censura organizada por sus rivales y exaliados. Aunque el proceso parlamentario se relacionaba con el manejo de la economía y la enorme crisis financiera de Pakistán, el opositor sostiene que esta era una confabulación del Ejército.
Meses después, Khan sobrevivió a un atentado en su contra, un tiroteo contra el vehículo que lo transportaba, en el que resultó herido en una pierna, en un momento en el que promovía protestas en todo el país para llamar a elecciones.
El último año además ha estado repleto de varios arrestos e intentos de arresto contra el exmandatario, de la mitad de ellos fue salvado por sus propios seguidores que salieron a las calles y resguardaron su residencia para impedir que entrase la policía.
Finalmente fue arrestado en agosto del año pasado y está desde entonces sigue en una prisión de un cuartel militar.
Khan afronta más de cien casos judiciales, impedido de presentarse en las elecciones y cumpliendo tres condenas por distintos cargos que suman más de 20 años.
Aunque está aislado, Khan incluso ha filtrado grabaciones de voz desde la cárcel, que su partido usa para crear videos hiperrealista con inteligencia artificial, para mantenerse con vida en la escena política, el último de ellos publicado ayer mismo para proclamar victoria.
Pese a todo ello, los resultados provisionales de hoy se acercan mucho a los números logrados por el PTI en las elecciones de 2018, cuando Khan estaba en su mejor momento, era el candidato estrella, tenía el beneplácito del Ejército, y su partido consiguió 119 escaños en la Cámara.
La popularidad del exjugador de críquet carga encima décadas, cuando en su juventud quedó como un héroe nacional por llevar al país a su única victoria en la Copa Mundial de cricket, como capitán del equipo.