Tragar semen durante el sexo oral es una práctica bastante habitual para muchas personas. Por ello, resulta normal que en algún momento surja la pregunta: ¿acaso puede ser malo para el estómago, algún otro órgano del aparato digestivo o para la salud en general?
La respuesta es que, ingerir el semen solo representa un riesgo ante enfermedades de transmisión sexual (ETS), como el VIH, la clamidia y la gonorrea.
En el caso de otras ETS, como el herpes oral y genital, la sífilis y el virus del papiloma humano, el riesgo de contagio radica ya en el contacto piel con piel, es decir, ya está dado por la misma práctica del sexo oral.
Más allá de eso, y en concreto para el estómago y el aparato digestivo, el semen no representa ningún riesgo: es casi siempre inocuo, pero en ocasiones puede ser causa de diarrea para la persona que lo ingiere.
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Esto se debe a que el semen contiene prostaglandina, una sustancia derivada de los ácidos grasos esenciales de la dieta, cuya principal función consiste en favorecer la coagulación y prevenir las pérdidas de sangre, pero que genera diarrea como efecto colateral.
Esta es la misma sustancia que hace que muchas mujeres padezcan este mismo problema durante su período menstrual.
Componentes y beneficios del semen
El semen es inofensivo. Y no solo eso, según algunas investigaciones, podría tener efectos beneficiosos, como consecuencia de las más de cincuenta sustancias que lo componen.
Entre ellas hay proteínas, fructosa, calcio, fósforo, magnesio, vitaminas C y B12, sodio, potasio y zinc. Por supuesto, en muy pequeñas cantidades.
Un trabajo realizado por científicos de Estados Unidos halló en 2013 una asociación entre la ingesta de semen y un menor riesgo de padecer preeclampsia, una complicación del embarazo relacionado con la tensión sanguínea.
También se atribuyen al semen propiedades antidepresivas. Pero en este sentido no hay ninguna evidencia de que haya que tragar el semen.
Verdades y mitos en torno al esperma
Otra de las virtudes del semen, de acuerdo con estudios recientes, es que favorece la ovulación y la fertilidad. Pero esto tampoco requiere tragarlo. Una proteína incluida en el esperma, llamada factor de crecimiento nervioso, desempeña un importante rol en el proceso de liberación de los óvulos.
Además, actúa como una hormona “abriéndose paso a través de las paredes de la vagina, hacia la sangre y hasta el cerebro; donde estimula la liberación de otras hormonas que afectan los ovarios”.
Con respecto a las bondades del semen para con el cabello y la piel, si bien era utilizado con estos fines ya desde los tiempos del antiguo Egipto, en la actualidad hay dermatólogos que consideran que el esperma, una sustancia alcalina, es un muy mal complemento para la piel humana, de naturaleza ácida.
Otro mito que fue desmontado es que, el semen no ayuda a prevenir el cáncer. Esta idea surgió en 2003, a partir de un artículo de la cadena estadounidense de noticias CNN. Esta información no ha dejado de reproducirse hasta el día de hoy, incluso en medios pretendidamente serios.