Washington, D.C. — Darren Baker, hijo del legendario mánager Dusty Baker, vivió un momento inolvidable al debutar en las Grandes Ligas con los Nacionales de Washington este domingo. En su primer juego en el nivel más alto del béisbol, Baker conectó un sencillo al jardín central en su primer turno al bate, mostrando la misma calma y confianza que lo han caracterizado a lo largo de su carrera.
Darren, de 25 años, fue promovido junto con el lanzador derecho Zach Brzykcy como parte de las adiciones de septiembre del equipo. Su debut se dio en un contexto especial, con su padre, Dusty Baker, volando desde California para estar presente en el Nationals Park y ser testigo del logro de su hijo.
“Siempre creí que Darren llegaría a las Grandes Ligas porque es lo que siempre quiso”, comentó Dusty Baker, quien ha sido testigo de la dedicación y talento de su hijo. “Está agradecido por la oportunidad, pero se siente cómodo, como en casa”.
Darren, quien se hizo famoso cuando era niño por su papel como recogebates en la Serie Mundial de 2002, ha estado alrededor del béisbol durante toda su vida, y ese familiaridad con el entorno se reflejó en su tranquilo desempeño en el campo.
El sencillo de Darren fue un momento culminante en un día que, aunque terminó en derrota para los Nacionales, será recordado por la familia Baker como un hito en su historia personal y profesional.
“Ver a mi papá en las gradas hizo que este día fuera aún más especial”, dijo Darren. “No olvidaré este momento”.
Darren Baker llega a las Grandes Ligas tras una exitosa temporada con el equipo Triple-A Rochester, donde bateó para .285 con 20 dobles, 49 impulsadas y 38 bases robadas en 112 partidos. Con su debut, la historia de los Baker en el béisbol continúa, ahora con una nueva generación dejando su huella en el diamante.
