viernes, febrero 14, 2025
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Llenos de Fe devotos católicos acuden a venerar a la Virgen de la Altagracia en Higüey

Higüey, provincia La Altagracia.- El 21 de enero de cada año, los feligreses celebran el Día de la Virgen de la Altagracia, acontecimiento religioso en el que se venera a la madre protectora del pueblo dominicano.

Acudiendo hasta la Basílica de Higúey, los altagracianos renovan su fe, reafirmando su religiosidad y sobre todo, la creencia en esta advocación de la virgen.

Tras la suspensión de las actividades tradicionales eclesiásticas, a raíz de la pandemia del COVID-19, este viernes se sintió el fervor de cada una de las  personas que llegaron hasta el templo religioso, unos cumpliendo promesas por milagros recibidos, otros rindiendo tributo, y por su puesto no faltaron quienes elevaron sus plegarias a la patrona.

En la explanada del santuario construido en el año 1954 que se encontraba bajo un estricto dispositivo de seguridad, cientos de creyentes aguardaban en largas filas hasta poder ingresar a la Basílica pata tocar por unos segundos la emblemática imagen de la Virgen.

La fecha se ha constituido como una de las más importantes y esperadas por los religiosos y su conmemoración para algunos historiadores, se remonta a la época colonial.

Sacrificios y milagros concedidos

Desde la medianoche empezaron a llegar los feligreses desde distintas provincias del país, así como ciudadanos que residen en el  extranjero y que no dejan pasar esta fecha sin tocar territorio dominicano, para rendir tributo a la virgen de la Altagracia.

Con velones en mano y flores e imágenes de la virgen como muestra de agradecimiento porque les fueron concedidas sus peticiones y anhelos, se aglomeraron en cada rincón de los cuatro mil 680 metros cuadrados que posee la basílica, cada una de las personas que hoy sellaron sus promesas.

Es una tradición para muchos ingresar a pie al santuario y caminar varios kilómetros, algunos descalzos en señal de sacrificio hasta llegar al templo.

Muchas personas daban fe y testimonios de los milagros cumplidos bajo la gracia de la Tatica, como cariñosamente los dominicanos llaman a la virgen.

«Mira mi hija yo tengo 20 años peregrinando porque Tatica me sanó a mi hijo que sufría de Cáncer por largos años….», relató de rodillas Juana Mendez, el favor que le fue otorgado, y para ello ofreció como sacrificio el cortarse su hermosa y larga cabellera.

Otros inclinaban sus plegarias por la salud de ellos y sus familias y el cese del Coronavirus.

«Yo quiero que la Virgen interceda por mí, por el país, por el mundo… Yo quiero que el Covid-19 no se cobre más vidas», rogaba con los brazos abiertos la señora Julia Mancebo.

Adoración

Los cantos de salves maría, aplausos y hasta bailes hacia la madre protectora y espiritual de la República Dominicana, eran maravillosamente majestuosos entre algunos fieles, mientras otra muchedumbre se encontraba sentada con los pies descalzos sobre pañoletas y en casuchas de campaña en los alrededores del santuario.

Obispos y Ceremonias

La oración es la llave que abre la puerta de la fe, es la frase que identifica a la ceremonia que se realizó en la Basílica de Higüey.

A la 12 de la medianoche se llevo a cabo una misa de apertura que fue oficiada por Monseñor Antonio Camilo, Obispo Emérito de la Vega.

Este acto estuvo seguido de una Vigilia a cargo del Padre Evaristo Haché, Rector de la Basílica de Higuey.

Y el cierre se realizó a las 8 de la mañana con la ceremonia «Gracias Virgen de Mi Alma» que dio paso a la celebración oficial por el Dia de la Virgen de la Altagracia, a cargo de Monseñor Jesús Castro Marte, Obispo de la Diócesis de Higüey.

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