martes, febrero 4, 2025

Seguridad Social: la desigualdad en el acceso a la salud

Santo Domingo.- Cada mañana, miles de dominicanos recorren largas distancias para llegar a los hospitales públicos en busca de atención médica. Mientras tanto, quienes cuentan con mayores recursos gracias a la segmentación estipulada en el Sistema de Seguridad Social, acuden a clínicas privadas, donde, con un seguro médico y una tarjeta bancaria en mano, obtienen el servicio casi de inmediato.

En la República Dominicana, la salud es un derecho garantizado por la Constitución; sin embargo, en la práctica, se ha convertido en un privilegio. El acceso a tratamientos médicos depende del nivel de ingresos de cada ciudadano, dejando a millares en una situación de extrema vulnerabilidad.

Un dominicano que requiere tratamiento para hipertensión o diabetes gasta, en promedio, entre RD$2,500.00 y RD$5,000.00 mensuales, según datos del Banco Central y encuestas de hogares. Esto representa entre el 20% y 28% del salario mínimo cotizable, sin considerar los costos de consultas médicas o estudios adicionales.

Es decir, que del salario estándar cotizable, según el portal de transparencia de la Tesorería de la Seguridad Social (TSS), que corresponde a RD$19,352.50, una persona que sufre de hipertensión o diabetes tendría que hacer un copago (cantidad de dinero que paga un paciente con seguro médico privado por cada servicio de asistencia sanitaria, consultas, medicamentos, internamientos…) de un mínimo de RD$2,500.00 para adquirir sus medicamentos esenciales para su supervivencia. Esto significa que le quedarían solamente RD$16,852.50 para otros gastos.

Entre estos gastos se incluyen la consulta médica, transporte, educación, servicios generales y alimentación, tomando en cuenta que el costo de la canasta familiar en la República Dominicana se encuentra entre 36 mil y 52 mil pesos, según el Banco Central.

Realidades detrás de los números

El presupuesto asignado por las ARS para medicamentos ambulatorios es de RD$12,000.00 al año, lo que corresponde a mil pesos por mes.

“Aunque tengo un seguro privado, gasto $1,700.00 cada mes y la cobertura solo me dura de 6 a 7 meses, ya después debo pedir prestado para completar el resto del tratamiento”, relató Rosanna, una madre soltera de 42 años diagnosticada con diabetes tipo 2.

Por otra parte, el Plan de Servicios de Salud (PDSS), diseñado como un marco para garantizar acceso a medicamentos básicos, cubre, en la práctica, menos de 1,000 pesos en productos farmacéuticos, de acuerdo con la última actualización de la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (SISALRIL) y el Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS).

“Mi seguro dice cubrir muchos medicamentos, pero los que necesito no están por detalles mínimos en la fórmula química”, explica Miguel De los Santos, de 56 años. Eso significa que debe costear de su bolsillo tratamientos vitales.

Historias similares se repiten en toda la nación, dejando claro que el sistema de salud no cubre las necesidades reales de los ciudadanos.

Ley 87-01 que crea el  Sistema Dominicano de Seguridad Social

En la República Dominicana, garantizar el acceso a servicios de salud sigue siendo un desafío monumental. Según el Informe Nacional de Desarrollo Humano 2023 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), un 23.4% de los hogares dominicanos reportan gastos catastróficos en salud, es decir, aquellos que superan el 30% de su ingreso mensual. Estas cifras evidencian cómo la Ley 87-01, que instituyó el Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS), ha fracasado en su misión de garantizar acceso equitativo y universal a los servicios de salud.

La Ley 87-01 se planteó como una solución integral para los problemas del sistema de salud dominicano, pero su implementación ha dejado mucho que desear. Las estadísticas muestran un sistema fragmentado e ineficiente que perpetúa las desigualdades en lugar de reducirlas.

Costos de salud y brechas salariales

El salario promedio en la República Dominicana es de aproximadamente RD$26,000 mensuales, según la Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo (ENCFT) del Banco Central. Este ingreso es apenas suficiente para cubrir las necesidades básicas en un contexto donde la inflación anualizada ha alcanzado el 6.5% (2024).

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Por otro lado, datos del Estudio de Gasto en Salud de los Hogares Dominicanas, colgado en el portal de transparencia de la Oficina Nacional de Estadística (ONE), muestran que una persona con diabetes incurre en un gasto mensual promedio de RD$6,500, mientras que el costo para un paciente hipertenso se sitúa en RD$4,800. Esto incluye consultas médicas, medicamentos y análisis de laboratorio, sin contar emergencias. Estas cifras representan entre el 18% y el 25% del ingreso mensual de un trabajador promedio, lo que los coloca en riesgo de empobrecimiento ante cualquier complicación médica.

En contraste, los hogares con ingresos medio-altos (aproximadamente RD$70,000 mensuales) destinan sólo un 7% a 10% de su presupuesto mensual a gastos médicos, mientras que en los sectores más pobres (ingresos menores a RD$15,000) el gasto en salud puede superar el 40% de sus ingresos, obligándolos a endeudarse o a renunciar a tratamientos esenciales.

Una seguridad social fragmentada y excluyente

De acuerdo con datos de la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (SISALRIL), al cierre de 2023, un 38% de los dominicanos dependía del régimen subsidiado, mientras que el 52% estaba inscrito en el régimen contributivo. Sin embargo, más de un 10% de la población no cuenta con seguro médico, quedando completamente excluida del sistema.

El sistema dominicano de salud está estructurado en tres regímenes:

  1. Contributivo: Para trabajadores formales y sus dependientes.
  2. Subsidiado: Para personas en pobreza extrema.
  3. Contributivo-subsidiado: Diseñado para trabajadores informales, pero nunca implementado de manera efectiva.

Esto significa que más de un millón de personas no tienen ninguna cobertura de salud y dependen exclusivamente de los hospitales públicos, que en muchos casos carecen de insumos y especialistas suficientes.

«Los datos reflejan que la salud en República Dominicana es un privilegio» 

El impacto de las enfermedades crónicas en el país

Las enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes y la hipertensión, representan el 44.3% de las causas de mortalidad en el país, según el Ministerio de Salud Pública (2022). No obstante, la cobertura para estas condiciones sigue siendo limitada, especialmente para los medicamentos de alto costo que no están incluidos en el catálogo básico del Plan de Servicios de Salud (PDSS).

Un informe del Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS) reveló que el gasto anual en salud de una persona con diabetes puede superar los RD$90,000, mientras que los planes de seguros privados generalmente cubren solo un 30% de este monto. Para quienes dependen del régimen subsidiado, las barreras son aún mayores, ya que los centros públicos a menudo carecen de insulina y otros insumos esenciales.

Vacíos en la regulación y supervisión

El portal de Tesorería de la Seguridad Social (TSS) indica que ir en el país funcionan 17 ARS privadas y una del régimen Subsidiado por el gobierno, apegada a la Ley No. 87-01 que crea el Sistema Dominicano de Seguridad Social.

Uno de los principales problemas del sistema dominicano es la falta de regulación efectiva sobre las ARS. Estas entidades han sido acusadas de prácticas abusivas, como excluir tratamientos costosos o imponer obstáculos burocráticos a los usuarios.

En 2024, la Defensoría del Pueblo reportó un aumento del 17%  en las quejas contra las ARS, principalmente relacionadas con la negación de cobertura. Esto pone en evidencia la necesidad de fortalecer la fiscalización por parte de la SISALRIL y establecer sanciones más severas para las violaciones de los derechos de los afiliados.

Hacia una reforma integral del sistema de salud

El sistema de salud dominicano requiere reformas estructurales para garantizar que la salud sea tratada como un derecho humano fundamental y no como un privilegio. Algunas recomendaciones incluyen:

  1. Aumento de la inversión pública en salud: Incrementar el presupuesto del sector salud al 6% del PIB, tal como lo recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).
  2. Fortalecimiento de la atención primaria: Redirigir recursos hacia la prevención y el manejo temprano de enfermedades crónicas, reduciendo así la saturación en hospitales.
  3. Creación de un sistema único de salud: Integrar los regímenes contributivo y subsidiado en un sistema único financiado solidariamente, como en Costa Rica.
  4. Regulación más estricta de las ARS: Implementar auditorías periódicas y crear mecanismos efectivos para que los afiliados denuncien abusos sin temor a represalias.
  5. Transparencia y rendición de cuentas: Utilizar plataformas digitales para garantizar la transparencia en la gestión de fondos y recursos del sistema de salud.

Asimismo, un informe reciente de la TSS revela que, a pesar del crecimiento del sistema de seguridad social, el gasto en salud sigue siendo una de las mayores fuentes de endeudamiento para los hogares dominicanos.

La República Dominicana tiene la oportunidad de rediseñar su sistema de salud para que sea verdaderamente inclusivo, pero esto requiere voluntad política, una mayor inversión pública y un enfoque en la equidad. 

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