SAN FRANCISCO. – La NBA ha probado distintos formatos para el Juego de Estrellas en busca de recuperar la intensidad y el espectáculo que caracterizaban este evento en el pasado. Este año, la liga apuesta por un cambio radical: un mini-torneo de cuatro equipos, sin reloj, en el que el primero en llegar a 40 puntos gana.
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El comisionado Adam Silver, quien ha implementado con éxito iniciativas como el torneo de clasificación para los playoffs y la Copa NBA, espera que este nuevo modelo genere mayor emoción y competencia. Sin embargo, la reacción de los jugadores ha sido mixta.
Una apuesta arriesgada
Algunos jugadores han expresado su descontento con la propuesta. Kevin Durant fue tajante al conocer el formato: «Lo odio. Absolutamente lo odio. Terrible». Por su parte, Anthony Davis mostró escepticismo: «No me gusta mucho, pero veremos cómo va este año».
Otros, como Shai Gilgeous-Alexander, creen que la clave está en la actitud de los jugadores: «Dependerá de si realmente quieren competir».
¿Cómo funcionará el torneo?
El nuevo formato incluye cuatro equipos:
- Tres equipos seleccionados por Shaquille O’Neal, Kenny Smith y Charles Barkley, a partir del grupo de 24 All-Stars.
- Un equipo sorpresa, compuesto por los ganadores del Rising Stars Challenge del viernes. Este equipo podría incluir jugadores de la G League, lo que abre la posibilidad de que un jugador fuera de la NBA termine ganando el torneo.
Los partidos serán cortos y de eliminación directa, con premios en efectivo:
- $125,000 para cada jugador del equipo campeón.
- $50,000 para los subcampeones.
- $25,000 para los equipos eliminados en semifinales.
¿Volverá la competitividad?
La NBA ha intentado varias fórmulas en el pasado, desde el regreso del formato Este vs. Oeste (que en 2024 resultó en un récord de puntos con marcador 211-186) hasta la implementación de un final sin reloj en el último cuarto.
El veterano Kevin Love, quien ha vivido distintas eras del All-Star, no está seguro de si el problema es el formato o la mentalidad de los jugadores: «Antes se tomaba en serio. Se hacían estrategias en el vestuario. No sé cuándo cambió».
Expectativa para el domingo
La gran incógnita es si este nuevo sistema logrará enganchar a los fanáticos y a los propios jugadores. Tyler Herro, debutante en el All-Star, lo resume así: «No sé si todos entienden cómo funcionará esto, pero todos querrán ganar».
El domingo en San Francisco se conocerá la respuesta. Si el experimento funciona, podría marcar el inicio de una nueva era para el All-Star. Si falla, la NBA tendrá que seguir buscando la fórmula para devolverle la intensidad a su partido de exhibición más importante.