Ha llegado diciembre sin anunciarse, de manera rauda y veloz. Para muchos es el mes más especial del año, aquel que nos trae los vientos navideños de alegría, serenidad, paz y amor; por lo tanto, lo acompañaremos de algunas reflexiones en este espacio para despedirlo.
“Liviano de equipaje” no se trata de un discurso infundado, repetitivo o demagógico de Pepe Mujica en las mayorías de sus presentaciones, más bien es un conjunto de reflexiones sobre su visión de la vida y de su accionar como hombre, las cuales ha puesto en práctica durante toda su vida: antes, durante y después de alcanzar la presidencia de Uruguay.
Lograr ser feliz con poco o andar “Liviano de equipaje”, es un llamado a la frugalidad, sencillez y sobriedad, no es un encomio o ensalzamiento a la miseria. Mujica declara estar libre de ataduras materiales y que además, la pobreza es solo para la gente que tiene mucho, pero que no le alcanza para nada. Así, el expresidente camina hacia un discurso en el que considera que son los afectos y no las cosas materiales lo más trascendente de la vida.
Pepe en varias ocasiones ha manifestado ser estoico, por lo cual, ha citado reiteradamente a uno de los máximos representantes de esta escuela filosófica, Séneca, popularizando uno de sus pensamientos más acorde a su perspectiva existencial, a saber:
“No es pobre aquel que menos tiene, sino aquel que desea más; ni rico aquel que más posee, y sí aquel que ambiciona menos. Los que viven conforme a la naturaleza nunca serán pobres. Los que viven preocupados por lo que otros dirán nunca serán ricos. La naturaleza exige bien poco; las exigencias de la opinión del mundo no tienen límites”.
Mujica ha insistido mucho en que el avance del consumismo en nuestra sociedad se ha convertido en una “enfermedad mundial”, producto de la “consecuencia de la globalización que envuelve al mundo entero en una formidable cultura de masas”, que procuran la acumulación de riqueza, “donde el capitalismo transforma todo en mercado y negocio”. Lo anterior hace que muchas veces posponemos lo fundamental y gastamos en lo accesorio.
La vida, la existencia de la familia, el trabajo, entre otros aspectos, siempre han estado rodeados de la necesidad de ciertos consumos imprescindibles para luchar por la existencia, tales como: comida, vestimenta, techo, salud y educación. Mujica considera que:
“ (…) todos tenemos una idea clara de las cosas si nos ponemos a pensar que son fundamentales. Pero a continuación de ellas nuestro tiempo, la cultura que derraman los medios masivos de comunicación, las políticas de marketing y de propaganda, los valores que rodean la vida, tienden a transformar a una multitud de cosas en consumos que son, francamente, imprescindibles; y nuestra vida queda encuadrada por la necesidad imperiosa de atender esos deseos de compra”. «Ese consumo inducido crea una escala de valores tácita que indica que quien no pueda consumir en gran escala, tiene una vida de fracaso”.
En la actualidad, lamentablemente el aparente concepto de “éxito en la vida” se basa en tres pilares, conforme al punto de vista de Mujica: éxito profesional, relaciones sociales que den reconocimiento e ingresos económicos que aseguren un consumo creciente, o “el despilfarro”. Pepe ha dicho que “el consumo imprescindible y básico está jaqueado por el consumismo de esta cultura que termina haciendo cometer disparates”, argumentó esto en alusión a los niños pobres que “se las ingenian” para comprarse un calzado de alta calidad, pese a vivir en condiciones de indigencia. “Es la ilusión del minuto, de estar embebidos en una aspiración desde el seno de la pobreza y mordidos por la desigualdad, los seres humanos tienden a remendar la tragedia y a caer en estas equivocaciones”.
Mujica anima a que se intente vivir con poco, con lo justo, lo cual genera menos complicaciones desde el punto de vista material, porque si tenemos mucho, se nos presentarán muchas complicaciones y tendremos que gastar bastante tiempo en esas complejidades y como expresa él “no nos quedará tiempo para las cosas que nos motivan”.
Finalmente, algunos datos curiosos sobre Mujica:
1. Donaba el 90% de su sueldo como presidente a la caridad;
2. Maneja un auto del año 1987: mientras la mayoría de los presidentes y expresidentes alrededor del mundo viajan con un chofer, grandes escoltas, etc., Mujica maneja su propio auto, un Beatle del año 87. Un jeque árabe le ofreció un millón de dólares por el vehículo, sin embargo, lo rechazó y no le tomó importancia;
3. Daba aventones a desconocidos: un uruguayo llamado Gerhald Acosta relató que mientras caminaba entre su casa y su lugar de trabajo fue trasladado por Mujica y su mujer;
4. Vive en un rancho: lleva casi 30 años viviendo allí, un lugar para vivir muy raro para un presidente o expresidente. Cuando se le cuestiona por lo “raro” de esa situación, contesta que: “La culpa la tienen los otros presidentes, no yo. Lo raro es cómo viven ellos. La mayor parte de la gente que compone las naciones no vive como viven los presidentes. Los presidentes entran a vivir como viven la minoría de los países. Y las repúblicas vinieron para suscribir un concepto: nadie es más que nadie”.
Cuando era presidente, en el camino que da acceso a su rancho, no había mucha seguridad. Solo una garita con dos policías y dos conos en el camino, sobre lo cual Mujica decía que sobraba. También manifestaba que los presidentes que tienen gente que les rodea, que les envuelve “es como un muro que te separa de la gente”. Mujica cree que “el distanciamiento de los gobiernos del modo de vivir corriente de la gente, termina colocando a una distancia que la gente termina despreciando, y termina despreciando la política”.
Resumen de la biografía de Pepe Mujica:
José Alberto Mujica Cordano nació el 20 de mayo del año 1935 en Montevideo, en el seno de una familia con ascendencia española e italiana. Una vez que culminó su formación básica ingresó a una institución para estudiar derecho aunque jamás concluyó la carrera.
Entre los 13 y los 17 años de edad desplegó la actividad deportiva del ciclismo en la cual supo destacarse en todas las categorías que disputó.
Un tío por parte de su madre sería el que lo impulsaría a acercarse a la política y en especial al tradicional Partido Nacional, agrupación de la cual alcanzó a ser secretario del sector de la juventud.
El año 1962 marca su alejamiento del mencionado partido y es uno de los fundadores de la Unión Popular, un partido con orientación política de izquierda.
En la década del sesenta se une al mencionado movimiento de los Tupamaros y participa en diversas operaciones guerrilleras. Esta incursión activa en la guerrilla lo llevó a la cárcel una larga temporada y le causó serias heridas a su humanidad como cuando sufrió un ataque de seis balazos.
A mediados de la década del ochenta y tras ser amnistiado, crea el Movimiento de Participación Popular, dentro del Partido Frente Amplio y reanuda su actividad política por la vía formal, primero es elegido diputado por Montevideo y luego como senador. En marzo del 2005, con Tabaré Vázquez al frente del ejecutivo, Mujica es designado Ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca.
En octubre de 2009 sale triunfador en las elecciones de presidente y se convierte en presidente del Uruguay. Desde marzo de 2015 se desempeña en el cargo de senador y dedica también su vida a dar conferencias por diversas partes del mundo que lo convocan para conocer más sobre su particular forma de hacer política.
A lo largo de su carrera recibió diversas condecoraciones y premios como doctor honoris causa por varias universidades y la orden mexicana del águila azteca, entre otras.
Está casado con su colega uruguaya Lucía Topolansky.
Extracto de la biografía obtenido de: https://www.quien.net/pepe-mujica.php.
