jueves, noviembre 21, 2024
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El bien común

La palabra impuesto viene del término latino impositus. El concepto hace referencia al tributo que se establece y se pide según sea la capacidad financiera del contribuyente. Los impuestos son tributos que los ciudadanos y las empresas tienen que pagar para financiar al Estado. En pocas palabras, sin los impuestos el Estado no podría funcionar, ya que no contaría con fondos para realizar la construcción de infraestructuras, como puertos, carreteras, aeropuertos, plantas eléctricas, ni prestar los servicios públicos de salud, educación, seguridad, transporte, etc.

En nuestro país, la presión tributaria es de 14.01%, una de las más bajas de la región. La presión tributaria no es más que el cociente de los ingresos que recauda el aparato estatal por concepto de impuestos cobrados a los ciudadanos entre el Producto Interno Bruto (PIB). Un Estado gigantesco, pocas recaudaciones de recursos, la falta de planificación, la corrupción, el no cumplimiento de las leyes, el aumento de la deuda pública y el mal uso de los fondos o gastos públicos son males que históricamente han frenado el desarrollo pleno de la República Dominicana. 

La combinación de estos males ha traído consigo un cambio de la mentalidad de los habitantes del país. Los ciudadanos han dejado de pensar en el bien común, para buscar o resolver las problemáticas que les afectan directamente. Pudiésemos decir que nos encontramos ante un modelo de autogestión, el cual podemos definir como un método, habilidad y estrategia a través de las cuales los seres humanos se mueven hacia sus objetivos con autonomía de gestión, o un apoderamiento de los individuos para cumplir sus metas por sí mismos. 

En otras palabras, por los deficientes servicios de las entidades públicas nos hemos acostumbrado a suplir nuestras propias necesidades de manera individual, olvidándonos de actuar como un colectivo ciudadano, generando un sentimiento de insatisfacción con la democracia y una gran percepción de que los gobernantes no se preocupan por las necesidades de la gente.

Acá les presento algunos ejemplos:

-Tenemos la Policía Nacional, pero es necesario adquirir en nuestros hogares un sistema de alarma, sensores de movimiento, servicio de monitoreo, sistema de cámaras por internet, vigilante privado armado y la adquisición de armas de fuego para protegernos. Además, hacemos una gran inversión en trabajos de herrería, candados y puertas de todo tipo en nuestros hogares y negocios (República Dominicana está entre las seis naciones con la percepción más baja en seguridad ciudadana, fuente: PNUD).

-La CAASD y otras corporaciones de acueductos, pero necesitamos invertir en sistema de filtración, bombas de agua, tinacos, pozos, cisternas y el agua que llega no la podemos tomar, porque no es potable. Además, por la falta de planificación durante los meses de sequías que se dan durante el verano, tenemos que invertir cuantiosos recursos en camiones de agua.

-Las empresas de distribución de electricidad, pero por los apagones hay que invertir en inversores, plantas eléctricas, banco de baterías, regulador de voltaje y paneles solares. Tenemos fe en que con la entrada de nuevas plantas al sistema energético esta realidad histórica sea superada en los próximos años.

-El Ministerio de Educación, pero debemos de gastar en educación bilingüe, colegios privados, clases particulares y actividades extracurriculares para nuestros niños.

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-Las Alcaldías, pero necesitamos membresía a clubes privados, con parques, piscinas, áreas sociales y deportivas. Muchas veces tenemos que pagar vehículos de carga para la recogida de la basura, ya que los camiones de basura no circulan con frecuencia por nuestros vecindarios.

-El Ministerio de Salud y los hospitales públicos, pero necesitamos un bolsillo lleno de dinero por la carencia de medicinas y materiales en los hospitales. Otra problemática es que las aseguradoras públicas y privadas son deficientes. A esto se le suma que nunca son aprobados los medicamentos que necesitamos si posees un seguro de salud básico, que es el que posee la mayoría de los dominicanos. Y ahora con la pandemia muchas de esas aseguradoras complican los procesos para asumir los costos de las pruebas covid19. De este mismo tema y de otros abusos pudiésemos escribir cientos de páginas.

-La OMSA, el INTRANT y la OPRET, pero hoy por hoy tenemos uno de los peores transportes públicos de la región.Con un parque vehicular en deterioro, aumentos constantes de los pasajes, conflictos entre sindicatos y el gobierno, largos entaponamientos que se producen por la falta de planificación, las lluvias y la masiva compra de vehículos para uso privado, nuestro parque vehicular tiene la extraordinaria suma de 5.2 millones de vehículos, según los registros de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII). Todo eso hace que se sumen a nuestras cargas un alto gasto por la compra de combustibles. 

-Tenemos Promipyme, pero por la burocracia en los documentos requeridos para acceder a un préstamo para emprender un negocio, acudimos a financieras que en muchos de los casos realizan prácticas usureras con el cobro de las mensualidades. 

-Tenemos la Universidad Primada de América, nuestra UASD, pero tenemos que gastar cuantiosos recursos en universidades privadas por las constantes huelgas producidas por los conflictos de interés y el mal manejo administrativo.

Estos y otros ejemplos más hacen que vayamos perdiendo el sentimiento de ser ciudadanos para convertirnos en individuos, y esto es lo más peligroso, ya que, sin la participación de los ciudadanos en las conquistas colectivas, la democracia comienza a carecer de sentido y legitimidad. Poco a poco se va perdiendo el interés por el Estado, por la política y por los demás seres humanos. 

En fin, sabemos que nos falta mucho por realizar, pero debemos de reconocer que en los últimos 17 años se han hecho grandes esfuerzos para encaminar a nuestro país hacia el bien común. Aunque el covid19, nos hizo retroceder en diferentes áreas especialmente en la económica que provocó que el PIB se contrajaera un 6,74 por ciento en el año 2020. Sé, que muchos ven con incertidumbre el escenario actual, pero estoy seguro de que el futuro nos reserva algo mejor, siempre que tengamos el valor de seguir intentándolo, seguir trabajando, seguir reformando, para enfrentar preparados y unidos, los grandes retos y desafíos de la República Dominicana. 

Todos al unísono, tenemos el compromiso de seguir fortaleciendo nuestras instituciones para que la ciudadanía se interese, se informe y participe en los asuntos políticos/sociales de sus comunidades. Establecer un nuevo modelo de gobernanza donde no se gobierne para la gente, sino que se gobierne con la gente. Nos vemos en otra entrega.

No se trata de ganar elecciones se trata de ganarse el corazón de la gente.

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