Austin (EE.UU.).- El responsable de la gestión migratoria de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, defendió este viernes el endurecimiento de las políticas para limitar la llegada de personas a través de la frontera con México y señaló que el derecho al asilo en EE.UU., instaurado hace más de 40 años, debe persistir con algunos cambios.
La ley estadounidense contempla que cualquier persona que llegue a suelo estadounidense puede solicitar esta protección, sin importar si entró al país por un puerto de entrada oficial o no.
Sin embargo, en el último año, la administración demócrata ha tomado una serie de medidas para limitar drásticamente la cantidad de personas que pueden acceder a ese derecho, alegando que son necesarias para controlar la frontera sur y responder a un aumento histórico en la cantidad de personas que buscan protección.
A dos meses de las elecciones generales, en las que el Gobierno demócrata se juega la permanencia en el poder, el secretario de Seguridad Nacional (DHS) dijo creer que el derecho al asilo «debe persistir» pero «los detalles deben cambiar».
«Con toda honestidad, el sistema de asilo necesita desesperadamente ser reformado», insistió Mayorkas durante un conversatorio en Austin (Texas) organizado por el portal The Texas Tribune.
El Gobierno de Biden impuso el pasado mes de junio una norma para prohibir que la mayoría de personas que crucen hacia EE.UU. de manera irregular puedan solicitar protección.
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La restricción está diseñada para levantarse cuando los cruces bajen a un promedio de 1.500 diarios por 7 días consecutivos.
La medida, junto a una estrecha colaboración con México para detener y frenar las rutas de los migrantes hacia el norte, ha reducido el número de detenciones en la frontera al número más bajo desde que Biden llegó a la presidencia, con unos 56.000 arrestos en el mes de julio.
Según filtraciones a medios estadounidenses, el Gobierno está considerando endurecer esta norma, haciendo más difícil que la prohibición, pensada como «temporal» sea levantada.
Mayorkas no confirmó estos reportes, pero defendió las restricciones, asegurando que no «eliminan» el asilo sino que «elevan los requisitos» para pedir esta protección.
«El mundo del asilo ha cambiado, pero nuestro valores no (…) lo que estamos haciendo es traer orden», subrayó.
El Gobierno de Biden ha intentado canalizar las solicitudes de asilo a través de una aplicación móvil (CBP One), que adjudica 1.450 citas en 8 puertos de entrada para toda la frontera con México, de más de 3.200 kilómetros de extensión.
Esto ha llevado a que las personas que buscan pedir protección se vean forzadas a esperar por meses en México hasta obtener una cita o a arriesgarse a cruzar de manera irregular hacia EE.UU..
Las restricciones han sido ya demandadas por grupos en defensa de los derechos humanos, entre ellos ACLU, asegurando que son «incompatibles» con el estatuto de asilo que promulgó el Congreso.
Cientos de miles de personas han llegado en lo que va del año a la frontera sur de EE.UU., la primera economía del mundo y con una demanda laboral sólida, en busca de mejores oportunidades y huyendo de profundas crisis sociales y políticas en países como Venezuela, Nicaragua o Haití.
Todo el continente americano está registrando cifras elevadas de movimientos de personas, con más de 21 millones de personas actualmente desplazadas, según datos de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).