La revista inglesa The Economist, una de las favoritas del poder financiero global, acostumbra a realizar predicciones muy acertadas en el mundo económico. Pretendo hacer un paralelismo en el Negocio de la Música visualizando el futuro que nos espera.
1.- Inicio de año sumamente difícil. No habrá cierre total como al principio de la pandemia, pero sufriremos restricciones que producirán momentos muy amargos y los artistas volverán a vivir la incertidumbre de una odiosa inestabilidad económica.
2.- El negocio de la música en las calles se reducirá a grupos artísticos pequeños, de bajo costo y movilidad. Las grandes orquestas se manejarán como los grandes solistas, realizando giras y eventos, amenizando actividades especiales y tomando un tiempo sabático para producir sus próximos discos y conciertos.
3.- Las actividades artísticas importantes tendrán su desarrollo en el streaming y los hogares serán los escenarios naturales para las fiestas virtuales con el desarrollo del holograma.
4.- Se acortarán las giras internacionales y las aglomeraciones serán tan intermitentes como la reaparición de la pandemia o cualquier otro virus.
5.- La interacción tecnológica para solventar las necesidades del trabajo desde la casa se convertirá en herramienta perfecta para permanecer en el hogar y poder cubrir la reducción de ingresos, producto de la desocupación laboral en una temporada de despidos globales, donde la asistencia digital eliminará las grandes oficinas corporativas.
6.-La monetización de las redes y la rentabilidad de las descargas, derechos autorales y conexos serán tan importantes que la remuneración producto de actividades en vivo no será atractiva para artistas de cierto nivel.
7.-Las fiestas con orquestas en vivo se convertirán en rutina con transmisión virtual y esquema de suscripción de los lugares de diversión a una plataforma de streaming, que provocará nuevos espacios físicos de bajo costo y reducida aglomeración.
8.- El espectáculo regresa con cierta fortaleza en la segunda mitad del 2022 reponiéndose totalmente en el 2023 pero bajo dominio absoluto de un nuevo mercadeo en base a tecnología y plataformas digitales.
9.- En una primera etapa la diversión como negocio tendrá una base híbrida entre lo presencial y lo virtual donde la competencia sale del ámbito artístico para aterrizar en el tecnológico. Es decir, será más importante el disfrute de lo virtual que lo presencial.
10.- Los grandes escenarios de diversión desaparecerán y sobrevivirán aquellos de uso múltiple donde el negocio artístico sea un complemento en el uso de esos locales.
Son horas negras pero no oscuridad total. Solo hay que adaptarse a las nuevas tendencias. El 45% de la población dominicana tiene menos de 25 años y el 62% tiene menos de 35. Eso nos dice que todos aquellos nacidos a partir de los 80, los milennials, son casi la mitad de la población, lo que determina que su dominio sobre las nuevas tecnologías los convierten en hacedores de tendencias y protagonistas de la moda actual en todos los sentidos.
Al final todos los actores se acoplarán a la nueva realidad. Aquellos que no se adapten sucumbirán. Nuestro mundo seguirá su curso, con los sobrevivientes a la hecatombe artística provocada por una doble pandemia: la de salud y la de una generación perdida en la mediocridad y el mal gusto.
