París.- La emergencia de muchos proyectos de gas natural licuado (GNL), unido a la falta de confianza como proveedor desde la guerra de Ucrania, van a afectar al papel preeminente que ha tenido Rusia en el comercio mundial, de forma que su peso pasará del 30 % en 2021 a la mitad en 2030, según la AIE.
En su informe anual de perspectivas publicado este martes, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) destaca la inédita ola de nuevas infraestructuras para el GNL que aportarán 250.000 millones de metros cúbicos anuales adicionales para 2030, que equivalen a la mitad de la capacidad mundial en 2022.
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Estados Unidos, que ya es el «número uno» de este gas transportado por barco, junto con Catar, representarán el 60 % de esas capacidades adicionales.
Por lo que respecta a Rusia, que exportaba la mayor parte del gas a Europa por gasoducto, el cierre parcial de esos conductos por el conflicto con Ucrania y la desconfianza generada le van a llevar a una pérdida de los que eran sus mercados naturales de la que no se va a poder recuperar, según los expertos de la agencia.
A los recortes que ya se han constatado desde 2021, se espera que se sumen un 20 % más hasta 2030 por un mayor parón de los flujos en dirección a Europa, que no se compensarán con las exportaciones a China por gasoducto ni por la modesta expansión de sus ventas de GNL.
A escala global, la AIE estima que con esas nuevas plantas de licuado proyectadas para su entrada en servicio en los próximos años va a estar cubiertas la demanda mundial hasta 2040.
De acuerdo con sus proyecciones, y siempre sobre la base del mantenimiento de las políticas anunciadas hasta ahora, el consumo de gas tocará techo de aquí a 2030, con un crecimiento medio muy inferior al 2,2 % anual, y luego permanecerá relativamente estable antes de caer muy ligeramente hasta 2050.