El 4 de septiembre de 1998, dos doctorandos de Stanford Larry Page y Sergey Brin incorporaron una empresa con un objetivo aparentemente modesto: “poner orden” en la web. Su herramienta, PageRank, interpretó cada hipervínculo como un voto de calidad y calculó, de forma recursiva, la relevancia de millones de páginas. Aquella idea, nacida del proyecto BackRub y plasmada en un paper académico, redefinió la búsqueda y el acceso a la información en internet.
Page (East Lansing, 1973) creció en un hogar de profesores de computación; estudió en la Universidad de Míchigan antes de iniciar el doctorado en Stanford, donde conoció a Brin. Sergey Brin (Moscú, 1973) emigró de niño a EE. UU.; se formó en Matemáticas y Ciencias de la Computación en Maryland y luego en Stanford. Ambos abandonaron temporalmente el doctorado para levantar Google y, años después, reorganizaron el grupo bajo Alphabet.
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¿Cómo funcionó la innovación? PageRank nació como una lectura “citacional” de la web: páginas valiosas reciben enlaces de otras valiosas; el algoritmo pondera esa red y produce un ranking estable, más resistente al spam que los métodos de la época. Es, en esencia, bibliometría aplicada a hipertexto.
En la actual el juez y las “nuevas medidas”. En la causa antimonopolio más importante contra la empresa desde su creación, el juez Amit Mehta confirmó que Google mantuvo ilegalmente un monopolio en búsqueda, pero en su fallo de remedios (septiembre de 2025) evitó medidas estructurales como forzar una venta de Chrome o dividir el negocio. Impuso, en cambio, prohibiciones de acuerdos de exclusividad para la búsqueda por defecto y obligaciones de compartir ciertos datos con rivales incluidas empresas de IA, a fin de facilitar la competencia; el Departamento de Justicia celebró el paquete como “remedios significativos”. Críticos lo calificaron de “tirón de orejas”, pero reconocen que fija límites a contratos de distribución y abre la puerta a más interoprabilidad de datos.
En un articulo de AL DÍA News subraya el simbolismo del caso con un juez inmigrante que no rompe a Google pero reconfigura el terreno de juego en búsqueda y IA con medidas conductuales y de datos. La cobertura también recuerda que la empresa encara frentes paralelos (publicidad, Play Store) y que, como en la era Microsoft, los cambios pueden ser graduales pero duraderos. Al Día News
A 27 años, Google sigue oscilando entre dos relatos: el de la hazaña ingenieril que convirtió enlaces en conocimiento, y el del poder de plataforma que los reguladores intentan contener. Page y Brin quisieron “ordenar” la web; ahora, jueces y autoridades buscan ordenar a Google. El desenlace más competencia en búsqueda y en IA, sin desmantelar al gigante marcará el capítulo que empieza hoy.






