Asunción. – Funcionarios de la Policía Nacional y de la Fiscalía en Paraguay revisaron este sábado la vivienda de un exfiscal que fue encontrado sin vida en ese lugar con dos impactos de bala en el cráneo, por lo que se investiga un posible homicidio, informaron fuentes oficiales.
La operación tuvo lugar en la localidad de San Lorenzo, ubicada a unos 35 minutos de Asunción, la capital del país, donde el viernes quedó descubierto el cuerpo de Javier Ibarra, quien además se desempeñó como viceministro de Seguridad Interna.
En declaraciones a periodistas, el fiscal Julio Ortiz explicó que están en búsqueda de un segundo cartucho.
Ortiz indicó que la autopsia practicada este viernes reveló que el cuerpo presentaba dos impactos de proyectil.
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«No encontramos la vainilla que nos falta», admitió el fiscal, quien añadió que están en la búsqueda de un arma calibre 22 y de un bolso conocido en el país como «riñonera» que, según allegados, el exfuncionario siempre portaba.
El fiscal señaló que «posiblemente el autor del hecho» haya utilizado el arma de Ibarra, dedicado últimamente al ejercicio como abogado particular.
«Hemos movido pieza por pieza en el patio, inclusive, para ver si el posible autor haya tirado (la pistola), pero evidentemente eso no sucedió», agregó.
En el inmueble se hallaron dos teléfonos móviles y nueve armas guardadas en sus respectivas cajas; estará sometidas a un análisis por parte de la Policía.
El cuerpo de Ibarra, quien formó parte de la Unidad Especializada Antidrogas del Ministerio Público, quedó descubierto después de que un familiar suyo no lograra comunicarse con él.
El cuerpo sin vida
La autopsia, según las autoridades, reveló que sufrió un «traumatismo craneoencefálico severo por herida de proyectil de arma de fuego». El cuerpo no presenta signos de violencia o un traumatismo aparte de los impactos de bala.
El deceso se habría producido en horas de la madrugada del viernes.
El director de Investigaciones de Hechos Punibles de la Policía Nacional, César Silguero, relató que en la vivienda no se halló «ningún signo de violencia ni de desorden».
Sin abundar en detalles, Silguero admitió que siempre deben partir «de la peor hipótesis» en la investigación.
