Pekín.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, podría viajar a China en abril para reunirse con su homólogo chino, Xi Jinping, en un momento en el que ambas potencias mantienen una tensa relación debido a sus disputas comerciales, según el diario hongkonés South China Morning Post.
A los presidentes de ambos países les gustaría que la otra parte realizase el viaje para presentarla como un triunfo diplomático, pero las conversaciones iniciales han girado en torno a la visita de Trump a China, según las fuentes citadas por el rotativo en la noche local del lunes.
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Según una fuente china, «es más difícil para los funcionarios de Pekín hablar con sus homólogos en Estados Unidos ahora que durante la administración de Joe Biden, ya que Washington está experimentando cambios drásticos».
Una persona conocedora de las preparaciones aseguró al diario que Trump había expresado su esperanza de que Xi visitara su propiedad de Mar-a-Lago, en el estado suroriental de Florida, donde los dos líderes ya se reunieron en 2017.
Sin embargo, las autoridades chinas indicaron que preferían una reunión «más formal» en Pekín o Washington.
Poco antes de su investidura el pasado 20 de enero, Trump había expresado a sus asesores su intención de viajar a China tras asumir el cargo, y que podría hacerlo durante los primeros 100 días de su mandato, informó entonces el diario The Wall Street Journal.
El presidente estadounidense mantuvo una llamada telefónica que describió como «muy positiva» con Xi a comienzos de año, justo antes de su toma de posesión.
La visita de Trump, que ya viajó a China en noviembre de 2017 durante su primer mandato, se produciría en un momento en que las fricciones comerciales entre China y Estados Unidos siguen agudizándose, después de que este lunes entrasen en vigor nuevos aranceles impuestos por Pekín a algunos productos agropecuarios estadounidenses.
La imposición de dichos gravámenes se produjo en respuesta a la decisión de Trump de duplicar al 20 % los aranceles adicionales impuestos al país asiático desde que regresó a la Casa Blanca.
Trump ha justificado los aranceles contra los productos chinos con que, a su juicio, Pekín no hace lo suficiente para evitar la entrada de fentanilo en Estados Unidos, algo que las autoridades chinas consideran «un pretexto», dado que la política antidrogas china «es una de las más estrictas del mundo».
En febrero, China ya había impuesto gravámenes de entre el 10 y 15 % a otros productos estadounidenses, además de establecer controles a las exportaciones de minerales clave y abrir una investigación contra el gigante tecnológico Google.
En su primera presidencia (2017-2021), Trump ya impuso a Pekín varias rondas de aranceles por valor de unos 370.000 millones de dólares anuales, a lo que China respondió con gravámenes a las exportaciones estadounidenses.