jueves, noviembre 28, 2024

Israelíes entierran a sus soldados caídos mientras Jerusalén respira tensión

Israel confirmó las identidades de 258 soldados muertos en enfrentamientos con Hamás. En Jerusalén, familias y compañeros de tropas entierran a sus caídos, mientras en la ciudad, casi desierta y fuertemente custodiada, se siente la preocupación en medio del llamado Día de la Indignación palestina.

Familiares y soldados israelíes enterraron este viernes a militares caídos en enfrentamientos con Hamás, en una Jerusalén en tensión, casi desierta y fuertemente custodiada en medio de un llamado militante al Día de la Indignación palestina.

«¡Moriste como un héroe, héroe de Israel!», sollozaba una joven soldado en uniforme, con su fusil al hombro, ante la tierra recién removida donde acababan de enterrar a su compañero.

Este viernes, justo antes del Sabbat judío –cuando la nación usualmente se paraliza- el país daba sepultura a sus soldados muertos durante el asalto sorpresa del grupo extremista el sábado pasado y después, en los combates por recuperar las áreas y poblados civiles tomados por los militantes.

Rabinos envueltos en banderas de Israel entonaron cánticos que se confundían con los gritos de dolor de las familias y compañeros de armas, mientras los cuerpos de combatientes de todas las edades y rincones del país eran cubiertos con tierra y flores. Al final de cada funeral, disparos al aire.

Al igual que en Jerusalén, cientos de militares israelíes han sido despedidos con honores a lo largo del país.

De acuerdo con las cifras más recientes del gobierno israelí, unos 258 militares han caído en combate contra Hamás durante la reconquista del terreno ocupado por el grupo extremista en su inédita incursión a través de la frontera de Gaza. La cifra podría crecer, advierten las autoridades.

El país también llora la muerte de civiles asesinados en sus hogares y en las calles de sus poblados atacados por Hamás, que además secuestró a decenas de personas que todavía mantiene en Gaza.

Cientos de muertos, como la colombiana Ivonne Rubio, participaban en un festival de música electrónica muy cerca de la Franja que los militantes islamista convirtieron en masacre, donde los servicios de rescate israelíes descubrieron luego unos 260 cadáveres, en su mayoría civiles.

El número de víctimas mortales desde el ataque de Hamás el sábado se elevó a 1.400, según fuentes sanitarias hebreas, mientras autoridades de Gaza registran a unos 1.800 fallecidos durante los bombardeos en respuesta israelíes. Naciones Unidas afirmó que 400.000 personas ya se han quedado sin hogar en la Franja.

Jerusalén tensa y casi desierta

La habitualmente bulliciosa Jerusalén se encontraba este viernes casi vacía. Las calles de la Ciudad Vieja, usualmente abarrotadas de turistas, peregrinos, vendedores y habitantes -tanto judíos como musulmanes- se mantenían en silencio.

Los pocos transeúntes caminaban bajo la mirada atenta de la policía y los militares israelíes con fusiles en mano que han llenado la legendaria urbe.

Las autoridades han redoblado la vigilancia desde el inicio del conflicto con Hamás y en coincidencia con el llamado, este viernes, a un «día de la indignación palestina» por exlíderes de Hamás.

Aunque algunos comercios siguen abiertos y sus habitantes salen a hacer sus trámites diarios, en la ciudad se respira una calma tensa. Lejos del escenario de los combates, la disputada Jerusalén de momento ha escapado de lo peor del conflicto, que ha tocado a kibutz y poblaciones civiles israelíes cerca de la Franja.

Vuelos de repatriación

«Este es mi país y no tengo otro, pero uno piensa primero en ellos», dijo a la Voz de América la madre israelí Yael Feldberg, señalando a sus hijos de tres y cuatro años, desde el aeropuerto internacional de Telaviv.

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Feldberg, para quien repatriación «es una palabra nueva», espera viajar hasta Córdoba en un vuelo humanitario que transporta nacionales de Argentina, país de origen de su esposo y nacionalidad que comparten sus dos pequeños.

Atrapadas en Israel, a donde habían llegado como peregrinas, las hermanas argentinas Claudia y Norma Pineda. Las dos se confiesan muy consternadas por la «terrible situación que está viviendo el país».

«Más que miedo lo que tuvimos es cuidado. Sabemos que veníamos a un país que verdaderamente siempre están al borde de la guerra. (…) Nosotros como argentinas tuvimos que hacer un cambio en nuestra cabeza para saber que íbamos a un país en donde esto se podía dar. Lamentablemente se dio», dijo Norma Pineda a la VOA.

Las argentinas les dan el pésame a todos, «a todos los familiares, amigos y ciudadanos, tanto de un lado como del otro, tanto de Gaza como de los israelíes. Porque nosotros como argentinos, somos un país de paz», aseguraron.

En el aeropuerto israelí se reúnen, descansando en el piso, cientos de turistas y ciudadanos extranjeros, esperando para regresar a sus naciones.

Gaza en llamas

Mientras, del otro lado de la Franja, la situación sólo empeora. Las autoridades de Israel anunciaron una incursión terrestre, según el ejercito israelí, para atacar a las baterías de cohetes palestinos y buscar información sobre la ubicación de los rehenes tomados por Hamás.

Algunos residentes de Gaza ya habían abandonado sus hogares este viernes para escapar de los bombardeos israelíes, los más encarnizados en décadas. Al inicio del día, Israel ordenó a más de un millón de personas salir de la mitad norte de la Franja de Gaza en 24 horas, sin embargo, Hamás les ha dicho lo contrario.

La orden de evacuación aplica a la mitad norte de la Franja, incluida la ciudad de Gaza, el asentamiento más poblado de la densa área donde viven más de 2,3 millones de personas, casi la mitad niños.

«Es mejor morir que irse», dijo Mohammad, de 20 años, frente a un edificio en escombros cerca del centro de Gaza. «Nací aquí y moriré aquí. Irme es un estigma», insistió en declaraciones a Reuters.

La situación humanitaria en la Franja cada vez se torna más grave. Israel ha cortado los suministros de agua y electricidad, debido a lo que los pocos hospitales y refugios no cuentan con la suficiente energía para atender pacientes y desplazados.

«La soga en torno a la población civil de Gaza se está apretando. ¿Cómo se supone que 1,1 millones de personas van a desplazarse por una zona de guerra densamente poblada en menos de 24 horas?», se preguntó el jefe de ayuda de la ONU, Martin Griffiths, en redes sociales.

EEUU, uno de los mayores aliados de Israel, ha pedido a las autoridades hebreas que protejan a los civiles, pero se ha mantenido del lado del gobierno judío.

El coordinador del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, precisó que una evacuación tan grande era una «tarea difícil», pero que Washington no cuestionaría la decisión de decirle a los civiles que salieran.

«Entendemos lo que están tratando de hacer y por qué están tratando de hacer esto: tratar de aislar a la población civil de Hamás, que es su verdadero objetivo», explicó en entrevista con MSNBC.

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