Santo Domingo. – Las memorias de Minerva, Patria y María Teresa, quienes fueron asesinadas durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, por ser opositoras al régimen, permanecen latentes en cada rincón de su hogar.
Conocidas como «Las Mariposas», estas mujeres nacidas en una familia acomodada en la provincia dominicana de Salcedo (hoy Hermanas Mirabal), con carreras universitarias, casadas y con hijos, contaban en el momento de su muerte con casi una década de activismo político.
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En esta casa museo se encuentran intactas las pertenecías de las activistas, como sus ajuares del hogar, vestidos, zapatos, máquinas de coser, camas, fotografías, placas y adornos, y a través de estos se narra la historia de estas tres heroínas nacionales.
En el lugar, también mantienen la cola de María Teresa Mirabal, la cual le fue cortada por su hermana Bélgica Adela «Dedé» Mirabal en un momento de dolor tras su muerte, debido a que esta quería conservar su recuerdo.
Otra pieza emblemática del museo es el paño con el cual le fue limpiada la sangre del rostro a las hermanas para poder reconocerla luego de su brutal asesinato.
Los objetos en lugar son todos originales, incluyendo las partencias que fueron encontradas en el lugar del crimen y entregadas a la familia.
La casa cuenta con tres habitaciones, una sala comedor, un baño, dos cocinas y un cuarto de servicio. Y desde el año 2000, en el jardín yacen los restos de Patria, María Teresa, Minerva y de su esposo Manolo Tavárez en un panteón, en donde los cuatro nichos rodean una fuente de agua.
Este mausoleo fue declarado por decreto presidencial como una extensión del Panteón de la Patria.
Además, en honor a Rufino Antonio de la Cruz Disla, quien transportaba a las hermanas y fue asesinado junto con ellas, se pintó un mural para honrar su memoria.
Patria (36), Minerva (34), María Teresa (25) fueron capturadas cuando regresaban a casa después de visitar a sus parejas en la cárcel de Puerto Plata. Ellas fueron interceptadas por un grupo de agentes, quienes las golpearon y arrojaron el jeep en el que viajaban al interior de un barranco para que se interpretara que habían sufrido un accidente automovilístico.
A la hora de su muerte, dos de ellas, Minerva y María Teresa, ya habían pasado por la cárcel en varias ocasiones.
«Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte»
Minerva Mirabal
Con esta frase, Minerva Mirabal respondía a principios de la década de los 60 a quienes le advertían de lo que entonces parecía un secreto a voces: el régimen del presidente Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961) iba a matarla.
Más de medio siglo después, la promesa de Minerva parece haberse cumplido: su muerte y la de sus hermanas en manos de la policía secreta dominicana es considerada por muchos uno de los principales factores que llevó al fin del régimen trujillista.
