La proyección en Cannes de «L’été dernier», de Catherine Breillat, había levantado muchas expectativas por el escándalo que suele rodear a esta directora por mostrar escenas de sexo explícito en su filmes, pero en esta ocasión ha provocado más una división de opiniones que una polémica.
«Soy feminista, pero cuando han querido criticar mis películas me han reprochado ser feminista y eso es algo asqueroso porque primero soy cineasta», afirmó Breillat en rueda de prensa.
Para ella, el cine no puede «representar el amor de manera mediocre» y por eso «las escenas de desnudos tienen que tener un sentido».
Y considera que la ficción debe servir para reconocerse en ella. «Las escenas de amor se ven casi solo en películas porno y, si no, los cineastas las eluden. A mí me gusta mostrarlas en la intimidad absoluta», explicó.
Aunque en «L’été dernier», que cuenta la relación de una abogada de éxito, Anne (Léa Drucker), con su hijastro, el adolescente Théo (Samuel Kircher), ha evitado la sobreexposición de los actores en las secuencias de sexo, al centrarse más en las caras que en los cuerpos.
Una historia centrada en la adolescencia, que es la «pasión» de la directora y que es una nueva versión del filme danés de 2019 «Dronningen».
Kircher resaltó por su parte que cuando leyó el guion se sintió interpelado por este personaje al que nadie había hecho caso en su vida.
«Al principio tiene una relación casi maternal con Anne, que le considera por primera vez como una persona normal, como un adulto. Tiene la impresión de contar para alguien por primera vez», explicó el joven actor.
Para Drucker, todos tenemos momentos en la vida en los que somos tentados por el caos. «Esta mujer, pese a su fuerza de trabajo, su éxito profesional y familiar…tiene un caos en su interior, algo que no se revela, pero podemos imaginarnos que hay un traumatismo del pasado»
Para preparar su personaje, la actriz se sumergió en el mundo de Breillar. «Me di cuenta de que había que aceptarlo así, sabiendo que iba a descubrir muchas cosas durante el rodaje, trabajé para buscar la clave, interpretarla y no juzgarla», explicó.
«Sabía que trabajando con Catherine estaría inspirada por ella y por su mirada singular sobre el mundo, así que me he dejado transportar, he hecho ese viaje», agregó.
Breillat es conocida por sus documentales sobre sexualidad y por el filme «Romance X» que realizó en 1999 con el actor de cine porno Roco Siffredi en uno de los papeles principales.
Y por eso, y por tratarse de una relación entre una mujer y su hijastro, era un filme muy esperado en Cannes, donde participa en la competición oficial.
Pero su propuesta poco novedosa ha provocado división de opiniones entre los críticos que siguen el festival entre quienes la consideran interesante porque rompe tabúes y quienes creen que se queda en el terreno del melodrama.
Alicia García de Francisco