viernes, noviembre 22, 2024
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Los precios, el gran dilema de los vendedores y compradores de alimentos en El Salvador

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San Salvador.- El Mercado Central de San Salvador es un río, un flujo incesante de colores, de aromas y texturas; un escenario de una danza de compradores y vendedores, que luchan por conseguir comida o dinero para vivir al día.

Una batalla que ahora, además, se ve atizada por el llamamiento de su presidente, Nayib Bukele, a bajar los precios de los alimentos para «sanar» la economía.

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«Espero que mañana los alimentos estén a precios más bajos de lo que están ahora», sentenció Bukele en una cadena nacional de radio y televisión el 5 de julio pasado en la que amenazó con aplicar más que multas a «importadores, mayoristas y comercializadores de alimentos» que, a su juicio, abusan de los precios.

En poco más de dos años, la situación económica se ha convertido en la mayor preocupación de los salvadoreños tras la caída de los índices de violencia y también es visto como el principal fracaso de la era Bukele, de acuerdo con las encuestas.

Según las cifras oficiales, cuando Bukele llegó al poder en 2019 el promedio de la canasta básica alimentaria era de 200,02 dólares y en 2024 marca los 256,02 dólares en el área urbana, mientras que en la zona rural pasó de 144,48 a 182,62 dólares entre 2019 y 2024.

Mientras tanto, un murmullo recorre incesantemente el Central, como le dicen los capitalinos al epicentro de venta de verdura, frutas y demás, va y viene entre los pequeños puestos de venta de verduras y granos a la orilla de la calle: todo está caro, el dinero no alcanza y se gana poco.

El dinero no le alcanza a los compradores para cubrir sus necesidades, mientras que los vendedores al menudeo ven limitados los márgenes de ganancia a unos pocos dólares al día.

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«No le estamos ganando nada», se lamenta una anciana, quien por décadas ha vivido de vender verduras y con lo que ha mantenido a su familia. Cuando se le pregunta si lo precios han bajado se limita a decir: «Nada».

Las encuestas, como una de la privada Universidad Francisco Gavidia (UFG), señalan que el 64,3 % de los salvadoreños «ha bajado el consumo de algunos productos o servicios debido al aumento de los precios».

La vendedora, ataviada con un tradicional delantal y cuyo rostro dibuja el trajín de una vida en este mercado, se lamenta del costo de los productos.

Una caja de tomates pequeña le cuesta 43 dólares, un bulto de pimiento verde 60 dólares, un manojo de cebollas 14 dólares, cuando antes llegó a costar hasta 3 dólares. Lo mismo con la zanahoria, que la paga actualmente a 20 dólares, antes costaba 5 dólares.

Cuando no alcanza a pagar, comenta consiguen el producto fiado (al crédito), pero más caro. Un mayor precio implica una venta más lenta, por lo que el producto se estanca, se daña.

Patricia, quien compra en el Mercado Central de San Salvador, dice que «algunas cosas han bajado un poco, pero la mayoría se mantiene caro». Y comenta, que «supuestamente los mayoristas le suben (a los precios), pero no hay porqué».

Lamenta que ha tenido que reducir sus compras a «lo más necesario» como el arroz, fríjol, aceite, huevos, queso y crema, y «carne poco consumimos». Y señala: «Él dijo (el presidente) que iba a estar todo bien barato, pero no se ha visto».

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