La sociedad dominicana ha recibido con entusiasmo la designación de Yeni Berenice Reynoso como procuradora general de la República. No es para menos. La llamada “fiscal de hierro” ha demostrado méritos de sobra para ocupar este cargo, ya sea por su capacidad litigante o por su firmeza moral ante los tribunales.
Además de ser una fiel seguidora de las Águilas Cibaeñas y una mujer de carácter para enfrentar adversidades, hoy se encuentra en la cúspide de su carrera profesional como el rostro principal del Ministerio Público.
Ha liderado investigaciones de gran impacto en la sociedad dominicana, como el asesinato del exrector Mateo Aquino Febrillet y el atentado contra el comunicador Jordi Veras.
En los últimos cuatro años, Yeni Berenice Reynoso se convirtió en un símbolo de la lucha contra la corrupción con los sometimientos judiciales a los familiares del expresidente Danilo Medina y su círculo de poder. Su nombre ya está inscrito en la historia del país.
Sin embargo, su legado aún no está sellado. Ahora, su carrera entra en una fase de mayor responsabilidad y compromiso, donde solo ella decidirá cómo quiere que se escriba su capítulo final.
Tras haber encabezado la persecución contra los antiguos funcionarios, queda la interrogante de si mantendrá la misma firmeza para investigar a los actuales incumbentes del poder.
Si decide no tocar los intereses del liderazgo vigente, su única carta de redención sería lanzarse contra el “tiburón podrido”.
Ahora, el tiempo y sus acciones definirán su legado.
