El presidente ruso, Vladímir Putin, pidió hoy a la Fiscalía que imponga un «justo castigo» a los terroristas que perpetraron el viernes el atentado contra la sala de conciertos Crocus City Hall a las afueras de Moscú, en el que murieron 139 personas.
«Confío en que los fiscales en el marco de sus facultades, incluido al presentar la acusaciones estatales durante el proceso judicial, hagan todo lo necesario para que los criminales reciban un justo castigo como lo exige la legislación rusa», dijo Putin al dirigirse a los miembros de la Fiscalía rusa.
Putin recordó a los presentes que, «como resultado del sangriento atentado en la región de Moscú» murieron, entre otros, «niños, adolescentes y mujeres».
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«Los criminales que cometieron esa matanza han sido arrestados. Los investigadores están estableciendo de manera escrupulosa las circunstancias que rodean ese bárbaro crimen», subrayó.
Por su parte, el fiscal general, Ígor Krasnov, admitió que el atentado cometido en el Crocus City Hall «es un nuevo desafío para todo el sistema de los servicios de seguridad» y llamó a los fiscales presentes a tomar «toda las medidas para prevenir la repetición de la tragedia».
Además, también instó a activar el trabajo para minimizar la amenaza extremista y terrorista, y recordó las recientes explosiones de violencia en las repúblicas de mayoría musulmana de Daguestán y Bashkiria.
Putin sugirió el lunes la existencia de una mano negra ucraniana en el atentado, pese a que el ataque fue inmediatamente reivindicado por el Estado Islámico.
«Y los nazis, como es bien sabido, nunca han tenido reparos a la hora de emplear los medios más sucios e inhumanos para lograr sus objetivos», dijo durante reunión con miembros del Gobierno y las fuerzas de seguridad que fue transmitida en directo por la televisión.
Putin se negó a aceptar a pies juntillas la hipótesis presentada por los servicios de inteligencia occidentales de que el atentado es obra del Estado Islámico de la Provincia de la Provincia del Jorasán (ISPK, por sus siglas en inglés).
«Sabemos por medio de quien se cometió ese crimen contra Rusia y su pueblo. Nos interesa quién lo encargó», afirmó.
El Tribunal Basmanni de Moscú decretó hoy prisión preventiva de dos meses para un octavo presunto implicado en el ataque terrorista.
Se trata de Alisher Kasímov, de 32 años, un ciudadano ruso de origen kirguís que, según la investigación, alquiló su apartamento a los presuntos autores de la matanza.
De acuerdo con los últimos datos oficiales, el atentado en la ciudad de Krasnogorsk, unos 20 kilómetros al noroeste del centro de Moscú, ha dejado al menos 139 muertos y 182 heridos.