Cuando Shakira decidió romper su matrimonio con Gerard Piqué en el momento en el que Clara Chía apareció en sus vidas, debido a una supuesta infidelidad que sirvió de inspiración a la cantante para declarar al futbolista la guerra de pullitas, Barcelona no podía seguir siendo su refugio. La persecución de los medios de comunicación y que sus suegros fuesen sus vecinos obligaron a Shakira a poner tierra de por medio junto a sus hijos.
Con un viaje de casi diez horas de avión, la de Barranquilla, Sasha y Milan se instalaron en la propiedad de Miami que ella compró en 2004 por cinco millones de dólares a un empresario portugués. Después de muchas remodelaciones y cambios que dejaron la vivienda a gusto de la cantante, la inesperada instalación de una fosa séptica en las profundidades de la mansión hizo que los medios la etiquetasen como ‘la mansión de la caca’ y provocó la huida de la familia a Fisher Island, una pequeña isla al sur de Miami Beach.
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Con un viaje de casi diez horas de avión, la de Barranquilla, Sasha y Milan se instalaron en la propiedad de Miami que ella compró en 2004 por cinco millones de dólares a un empresario portugués. Después de muchas remodelaciones y cambios que dejaron la vivienda a gusto de la cantante, la inesperada instalación de una fosa séptica en las profundidades de la mansión hizo que los medios la etiquetasen como ‘la mansión de la caca’ y provocó la huida de la familia a Fisher Island, una pequeña isla al sur de Miami Beach.
El nauseabundo olor que perfumaba la vivienda fue motivo suficiente para querer deshacerse de ella y ponerla a la venta. En lo que no cayó entonces la cantante es que el escatológico motivo por el que ella no quería seguir teniendo la casa en su imperio iba a ser el mismo por el que ningún comprador terminaría interesándose. Hasta ahora. Finalmente, Shakira ha logrado vender la mansión con ayuda de un inesperado amigo.
La cantante quita el cartel de ‘se vende’
Si Shakira seguía teniendo problemas económicos ya puede respirar tranquila, pues habría logrado encontrar un nuevo dueño para su olorosa residencia de Miami embolsándose los 17 millones de dólares que pedía por ella. Aún no ha terminado de cerrar las transacciones de tan rentable negocio, pero las negociaciones tienen tanto recorrido que la firma no tardará mucho en llegar.
A quien le tiene que dar las gracias por cerrar la venta de su mansión es a alguien que, desgraciadamente, ha perdido la suya hace poco a causa de un repentino incendio. Su amigo y cantante Marc Anthony habría participado en la mediación entre Shakira y el nuevo comprador, un actor de Hollywood del que no se conoce la identidad, logrando con éxito el acuerdo inmobiliario.
El nuevo dueño no solo será vecino de celebridades como Beyoncé o Alejandro Sanz, también disfrutará de todos los cambios que realizó la colombiana en la casa, invirtiendo mucho dinero en ella. Primero, le añadió un puerto privado para llegar al interior de la vivienda desde el agua. El enorme montante que pedía la cantante no solo está justificado por esta adición, también porque cuenta con tres suites con sus respectivos cuartos de baño, varios salones y comedores, un gimnasio privado y una amplia zona ajardinada donde se encuentra la piscina y la zona ‘chill out’.
Una cena de negocios
Al parecer, Shakira está en una etapa en la que ha dado mayor prioridad a los negocios que al amor. En las últimas semanas, los usuarios de redes sociales difundían un vídeo en el que se veía claramente a la cantante disfrutando de una cena acompañada por un desconocido hombre. Lo que empezó desatando los rumores de una romántica velada terminó siendo una reunión estrictamente profesional. Antonio de la Rúa, expareja de Shakira, volvía a su vida para tratar algún asunto económico, pues él es su actual contable.
