Nueva York.– Wall Street abrió este viernes al alza y el Dow Jones de Industriales subía un 0,44%, encaminándose a romper una racha de ocho semanas consecutivas de pérdidas.
Diez minutos después de la apertura del parqué, el Dow Jones ganaba 144,43 puntos, hasta 32.781,32, mientras que el selectivo S&P 500 ganaba un 1,11% o 45,09 unidades, hasta 4.102,93.
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El índice compuesto del mercado Nasdaq, donde cotizan las principales tecnológicas, subía un 1,61% o 189,07 enteros, hasta 11.929,72.
El parqué neoyorquino recibía con buenos ánimos la reducción de la inflación en abril, anunciada hoy, y que se situó en el 4,9%, tres puntos por debajo del 5,2 % registrado en marzo.
Esta semana, los inversores también han recibido con los brazos abiertos las actas de la última reunión de la Reserva Federal de EE.UU. y los buenos resultados de algunas minoristas.
El banco central estadounidense anticipó para los próximos meses otras dos subidas de medio punto de los tipos de interés como la decretada en mayo y muestra el nerviosismo que hay en su seno por avanzar más rápido con medidas que permitan combatir la elevada inflación.
En el conjunto de la semana, los inversores se quedaron con los buenos resultados trimestrales de las minoristas Williams-Sonoma, Dollar Tree y Macy’s -que parecen traducir la confianza de los consumidores-, tras las decepcionantes cifras de los últimos días, entre ellas las de Target, Walmart y Snapchat.
Por sectores, todos arrancaban con ganancias, siendo las mayores para el de bienes no esenciales (2,25%), el tecnológico (1,8%) y el de comunicaciones (1,42%). Sólo el sector de la energía amanecía con pérdidas del 0,31%.
Entre las empresas del Dow Jones destacaban las ganancias de Boeing (2,11%), Apple (2,88%) y Caterpillar (1,69%), mientras que abrían con las mayores pérdidas UnitedHealth Group (-2,06%), Travelers (-0,28%) y Merck & Co (-0,2%).
En otros mercados, el petróleo de Texas bajaba a 113,71 dólares el barril, el rendimiento del bono del Tesoro estadounidense a 10 años descendía al 2,72%, el oro subía hasta los 1.857,7 dólares por onza y el dólar perdía terreno frente al euro, con un cambio de 1,0725.
