Este sábado 30 de julio se conmemora el Día Mundial contra la Trata de Personas, fecha establecida en el año 2013 por la la Asamblea General de la ONU, con la clara intención de concienciar a las personas y sobre todo a los gobiernos, acerca de la grave problemática que ha acarreado la expansión de este delito a nivel mundial.
Cada año se establece un tema o lema que permite analizar el estado de la cuestión. En 2022, el lema es «Uso y abuso de la tecnología» en el sentido de que la tecnología e Internet es una herramienta que permite la trata de personas, pero también puede impedirla.
Los delincuentes encuentran en la tecnología e internet una herramienta para captar personas, reclutarlas y explotarlas, organizar su transporte y alojamiento y contactar con los supuestos clientes, o para comunicarse entre ellos, ocultar las ganancias etc. Pero también los cuerpos y fuerzas de seguridad pueden usar esta herramienta para capturar a los criminales, incriminarles a través de pruebas digitales, y como método para ayudar a las víctimas.
Se busca una reflexión sobre este tema, y también la cooperación con el sector privado para prevenir y luchar contra la trata de personas.
¿En qué consiste la trata de personas?
La trata de personas es considerada uno de los más graves delitos de violación a los derechos humanos, siendo catalogada un símbolo moderno de esclavitud del siglo XXI, mediante la cual las personas son privadas de su libertad y derechos por parte de terceras personas.
Son sometidas contra su voluntad a situaciones de explotación sexual y laboral, trabajos forzados, servidumbre doméstica, extracción de órganos, mendicidad, entre otras modalidades.
Se estima que aproximadamente el 30% de las víctimas de la trata de personas son niños y el otro 70% son mujeres y niñas. Los primeros en la mayoría de los casos se usan para realizar trabajos forzosos en situaciones precarias, mientras que las mujeres y niñas son explotadas sexualmente desde muy temprana edad.
Esto sin contar aquellos casos relacionados con los comerciantes de órganos del mercado negro, o que se vinculan con otros hechos delictivos como el tráfico de drogas.
Actualmente, más de 12 millones de personas a nivel mundial son víctimas de este delito. Existen aproximadamente 500 rutas de tráfico de personas y tan solo 32 de ellas se encuentran en Iberoamérica.
Unido a ello se resalta el gran peligro potencial que ha originado Internet y las redes sociales, donde las traficantes tienden puentes de forma anónima con posibles víctimas, atrayéndolas hacia su red de contrabando humano.
Grupos susceptibles de ser víctimas de la Trata de Personas
Según informes emitidos por la Organización de las Naciones Unidas, los grupos humanos que tienden a padecer este tipo de hecho delictivo son los desplazados, es decir, personas que han tenido que abandonar su país de origen, por culpa de un conflicto armado o situación política que los impulsa a emigrar o pedir refugio a otra nación.