Hoy inicia el décimo Censo Nacional de Población y Viviendas, una jornada de catorce días a nivel nacional que organiza la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE).
El censo es una herramienta que permite saber o tener una idea de cuántos habitantes existen, quiénes son y cuáles son sus necesidades, además de otras informaciones que son útiles para la planificación del Estado.
La realización de esta actividad es algo que todo residente en el país debe apoyar, porque sin esto sería muy difícil tener informaciones tan valiosas de la población.
Lo que sí deben asumir los ciudadanos, y todo aquellos que con sus impuestos han financiado este evento, es exigir al Gobierno claridad y eficiencia en el proceso, que no vuelva a suceder, como en años anteriores, que aún no se sabe con exactitud los resultados obtenidos de esas investigaciones.
Otra cosa que se debe tomar en cuenta, es que las leyes se respetan, y si en algún momento no se está de acuerdo con artículos estos deben llevarse a propuesta de modificación y no violarlo con un decreto, tal como ha pasado con el numeral 26 de la Ley 5096 Sobre Estadísticas y Censos Nacionales, que establece que los días para la ejecución de la recolección de datos deberán ser no laborables.
Claro está, 14 días sin trabajar es algo ilógico en la sociedad que hoy vivimos, pero otros métodos deben existir, y uno de ellos es el que la pandemia nos dejó el teletrabajo, pero también está el registro digital o, más simple, la planificación por zona geográfica.
Apoyemos el censo, pero reconozcamos las debilidades heredadas, porque se deben mejorar.
