Bangkok .- El líder de la junta militar de Birmania, el general golpista Min Aung Hlaing, asumió la presidencia interina del país, después de que el régimen castrense reconociera los graves problemas de salud de su antecesor, informan este martes los medios oficialistas.
La ceremonia para la transferencia de poder provisional se realizó el lunes, recoge el diario The Global New Light of Myanmar, al señalar que el ya expresidente Myint Swe, de 73 años, guardará un tiempo indefinido de baja médica mientras recibe tratamiento médico.
Aunque es una figura más protocolaria, el presidente cuenta con competencias importantes como la aprobación de decretos como el estado de emergencia, aplicado desde el golpe de Estado militar del 1 de febrero de 2021 y cuya actual ampliación por seis meses termina a final de mes.
El Consejo para la Administración del Estado -nombre oficial de la junta militar- reconoció la semana pasada que Myint Swe «padece trastornos neurológicos y una neuropatía periférica» que le producen «problemas psicomotrices y desnutrición».
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El político estuvo ingresado desde mayo en un hospital militar de Naipyidó y fue trasladado el pasado jueves a su casa donde guardará reposo, en principio, hasta el 30 de julio, aunque se desconoce si será apto para regresar a su cargo.
Myint Swe actuó como vicepresidente durante el Gobierno civil comandado por la consejera de Estado y nobel de la paz, Aung San Suu Kyi, gracias a los privilegios que la Constitución birmana reserva al Ejército, que, entre otros poderes, le permite nombrar a una persona para el citado cargo.
Tras la sublevación, el Ejército lo promocionó a presidente, a raíz del arresto de Suu Kyi y Win Myint -presidente entre 2018 y el golpe-, e inmediatamente entregó el poder a los militares y nombró primer ministro interino al jefe de las Fuerzas Armadas, Min Aung Hlaing, sobre quien recae el poder.
El golpe militar de 2021 acabó con diez años de transición democrática y abrió una espiral de violencia que ha exacerbado la guerra de guerrillas que vive el país desde hace décadas, con miles de jóvenes uniéndose a grupos armados que combaten al Ejército.