Santo Domingo.– El jardinero de los Gigantes del Cibao, Johan Rojas, desató una fuerte controversia la madrugada de este miércoles luego de criticar abiertamente al cuerpo arbitral de la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana (Lidom), tras la derrota 5–4 de su equipo frente a los Tigres del Licey en un duelo cargado de tensión en el Estadio Quisqueya Juan Marichal.
La molestia del jugador surgió a raíz de una jugada clave en la novena entrada, cuando Mel Rojas Jr. fue inicialmente cantado out en el home plate. Sin embargo, tras una revisión solicitada por el dirigente azul Gilbert Gómez, la decisión fue revertida a safe por obstrucción del receptor, lo que permitió una carrera crucial para los Tigres.
Minutos después del encuentro, Rojas publicó una historia en su cuenta de Instagram en la que cuestionó la imparcialidad del arbitraje y acusó a la Lidom de favorecer sistemáticamente al Licey.
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“En la Lidom lo que tienen es un relajo con esos umpire, vayan a ver las dos jugadas, una de ellos y una de nosotros. Si la Lidom no hace algo con los umpire y los umpire que revisan las jugadas, siempre el Licey estará ganando en todo porque estos umpire todo lo ponen a favor del Licey. El que va a jugar contra el Licey tiene que ganarle al Licey, a los cuatro umpire y a los dos umpire más que están en revisión”, escribió el outfielder.
Sus declaraciones se viralizaron de inmediato, generando un amplio debate entre fanáticos, comentaristas y figuras del béisbol dominicano.
Rojas también señaló otra acción del partido, en la que Michael de la Cruz, receptor del Licey, aparentemente bloqueó el home plate durante una jugada que terminó con un corredor de los Gigantes decretado out.
A diferencia de la jugada de Mel Rojas Jr., esta no fue revisada ni considerada obstrucción. Para los Gigantes y muchos aficionados, esto evidencia un doble estándar en la aplicación de la regla.
La disparidad entre ambas decisiones ha generado cuestionamientos sobre la consistencia del sistema de revisión y la interpretación de la regla de obstrucción. Analistas y seguidores piden mayor claridad y uniformidad en el arbitraje, especialmente en momentos tan decisivos de la temporada.
Por su parte, el Licey defendió la decisión revisada, afirmando que la normativa es clara al establecer que cualquier bloqueo sin poseer la pelota constituye obstrucción.
El encuentro terminó 5–4 a favor del Licey, manteniendo vivas sus aspiraciones de clasificar al round robin. Para los Gigantes, la derrota, combinada con la controversia arbitral, incrementa la frustración en un momento crucial de la fase regular.






