En Brasil, la mayor potencia latinoamericana, una de cada cinco familias encabezadas por personas negras sufre hambre, una situación que empeora cuando las mujeres son las que llevan las riendas del hogar, según un estudio divulgado este lunes.
El 22 % de las familias encabezadas por mujeres negras en el país sufre inseguridad alimentaria grave, que es cuando no hay dinero para comprar comida y pasa todo el día sin probar bocado.
Entre los hombres blancos, la proporción baja al 7,8 %.
Los datos corresponden al estudio sobre seguridad alimentaria realizado por la Red Brasileña de Investigación en Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional (Red Penssan, por sus siglas en portugués) entre noviembre de 2021 y abril de 2022.
Con base en este estudio, el año pasado la ONG reveló que más de 33 millones de brasileños sufrían hambre, número que creció por la pandemia y que elevó de 9 % a 15,5 % el porcentaje de hogares con hambre entre 2019 y 2022.
Tras un nuevo análisis, la organización buscó identificar una dimensión «más exacta» del hambre en Brasil y encontró que la población de color es la más afectada, principalmente las mujeres.
El estudio muestra que casi una de cada cinco familias encabezadas por personas de raza negra padece hambre en Brasil, una proporción que baja de una a cada diez en los hogares donde las riendas del hogar las llevan personas blancas.
Si se miran las familias en cabeza de mujeres negras, el porcentaje de las que pasan hambre es del 22 %, frente al 13,5 % donde las mujeres blancas son las jefas de hogar.
Para Sandra Chaves, coordinadora de la Red, es necesario reconocer «la confluencia entre racismo y sexismo en la formación estructural de la sociedad brasileña» e implementar políticas públicas que promuevan equidad y acceso «amplio, irrestricto e igualitario» a la alimentación.
Según la experta, la desigualdad incluso se ve en familias con el mismo nivel educativo.
El 33 % de las mujeres negras con ocho o más años de escolaridad sufre inseguridad alimentaria moderada o grave, frente al 21,3 % de los hombres negros, el 17,8 % de las mujeres blancas y el 9,8 % de los hombres blancos.
El estudio, que realizó entrevistas en 12.745 hogares de 577 municipios de áreas urbanas y rurales de Brasil, considera la seguridad alimentaria como el pleno acceso y regular a alimentos de calidad, en cantidad suficiente y sin comprometer el acceso a otras necesidades esenciales.
Cuando no se cumplen estos requisitos, la situación es de inseguridad alimentaria, que puede ser clasificada como ligera, moderada o grave.