El fabricante de automóviles alemán Volkswagen cesará este martes la producción de vehículos en su planta de Dresde. Se trata de la primera vez que la compañía, en sus 88 años de historia, interrumpe la producción en Alemania, reporta Financial Times.
La empresa ha revisado sus planes de inversión y el presupuesto para los próximos cinco años es de aproximadamente 160.000 millones de euros (187.000 millones de dólares), una suma significativamente inferior al plan para el periodo 2023-2027 de 180.000 millones de euros (211.000 millones de dólares). Asimismo, el consorcio se ve obligado a ajustar su presupuesto, al seguir invirtiendo en el desarrollo de motores de combustión interna, ya que se estima que su vida útil en el mercado será mayor de la prevista.
La planta de Dresde ha fabricado menos de 200.000 automóviles desde su apertura en 2002, lo que representa menos de la mitad de la producción anual de la principal fábrica de Volkswagen en Wolfsburgo.
Sus instalaciones fueron diseñadas para exhibir la habilidad técnica del consorcio y comenzó enfocándose en el ensamblaje del modelo de lujo VW Phaeton, pero después de que este vehículo se dejara de producir en 2016, se transformó en un emblema de los esfuerzos de la compañía hacia la electrificación, siendo responsable últimamente de la fabricación del coche eléctrico ID.3.
El cierre de la planta representa un paso hacia la reducción de la capacidad productiva de Volkswagen en Alemania, lo que forma parte de un acuerdo negociado con los sindicatos el año pasado, que también implica la eliminación de 35.000 puestos de trabajo en la firma a lo largo de todo el país. Mientras, el jefe de la empresa, Thomas Schäfer, aseguró previamente que la decisión de cerrar la producción no se había tomado "a la ligera", pues "desde una perspectiva económica era esencial".
Desafíos para la industria automotriz alemana
El medio recuerda que la medida se produce en un contexto donde el principal fabricante de automóviles en Europa enfrenta dificultades financieras debido a las bajas ventas en China y la disminución de la demanda en Europa, además de los aranceles impuestos por la Administración de Donald Trump que afectan sus ventas en el mercado estadounidense.
Ante ello, el sector automotriz del país atraviesa un periodo de inestabilidad. Entre las empresas más afectadas se encuentran los gigantes Mercedes-Benz, Volkswagen y su filial Porsche. De hecho, Moritz Schularick, economista y presidente del Instituto de Kiel para la Economía Mundial, predijo que los tres principales fabricantes —Volkswagen, BMW y Mercedes-Benz— probablemente "no seguirán existiendo en su forma actual dentro de cinco años".







