Japón.- En la pequeña localidad costera de Suzu, un terremoto y un tsunami a principios de mes devastaron casi la mitad de las viviendas y se cobraron la vida de al menos 101 de los 12,500 habitantes. El escenario que enfrentan las calles de Suzu es preocupante, con casas colapsadas, vehículos convertidos en amasijos de metal, barcos encallados sobre carreteras resquebrajadas y puentes al borde del derrumbe.
La mayoría de los habitantes, ahora desplazados después de perder sus hogares, ha dejado el barrio costero prácticamente desierto. Algunos residentes que regresan buscan recuperar pertenencias entre los escombros o simplemente evaluar el estado de destrucción.
Michiko Hoshiba, una residente de 82 años, compartió su experiencia al salir del refugio después de los primeros días: «Hubo un primer temblor, después otro, y al acabar pensamos que iba a quedar ahí la cosa… Así que fuimos a la plaza de al lado de casa. Fue entonces cuando vino el tsunami».
El tsunami, que alcanzó los 1.5 metros en este barrio pesquero, arrasó con todo a su paso, mientras que en otro distrito de Suzu llegó a los 4.7 metros, según mediciones de expertos. Toshihiro Nakamura, de 71 años, señaló su casa destruida y cuenta cómo él y su familia escaparon «por muy poco» al evacuar a tiempo hacia un refugio más elevado.
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A pesar de la tragedia, la rápida evacuación de gran parte de los habitantes a los refugios antitsunami, activada por la Agencia Meteorológica de Japón (JMA) tras el fuerte seísmo, evitó una pérdida humana aún mayor.
Sin embargo, el sistema de alerta y evacuación se vio afectado por daños, ya que el mecanismo de medición quedó inoperativo después de la primera oleada de 120 centímetros, y no pudo recoger datos exactos del alcance del tsunami debido a la magnitud del fenómeno y su origen en una inusual zona de actividad sísmica.
En total, Suzu, situada en el litoral noreste de la península de Noto, registró 101 fallecidos y 2,092 viviendas completamente destruidas, además de otras 2,480 con destrozos graves o leves. La comunidad, afectada por el doble golpe del terremoto y el tsunami, ahora se enfrenta a la difícil tarea de reconstrucción en medio de la devastación.
