Algunos estudios dicen que el máximo de capacidad de concentración diaria es de 4/5 horas, lo más concreto en relación con los ritmos ultra y circadianos es que funcionamos por periodos de máximo 90 minutos. Ahí puede haber algo previo a lo que planeamos, y es cómo podemos llevarlo a cabo.
Algunas propuestas que se hacen desde las ciencias del comportamiento, es decir los estudios en los que se mide experimentalmente resultados en el área comportamental, parecen ser coincidentes en algunos puntos:
- Las personas a menudo no hacen sus resoluciones lo suficientemente específicas, están redactadas de manera demasiado negativa y no son relevantes para el individuo. Otra forma de plantearlo es que hagamos o tomemos una resolución sólo si realmente implica algo que nos motive, que queramos cambiar, no porque otros lo hacen o nos parezca bueno, sino que tenga justificaciones que nos sirva recordar. Esta asociación de la idea, la propuesta, es decir, la cognición, asociada a la emoción, y de ser posible a la acción motora, el comportamiento, permite que haya alguna posibilidad mayor de fijarla.
- Planear resoluciones difusas. Este es un punto personal para cada uno, pero por ejemplo “hacer más ejercicio” o “perder peso” son formas fáciles de autoboicot, de prepararse para el fracaso, ya que no es muy claro cómo marcar el progreso, son lo que a veces se llama objetivos aspiracionales, y es poco probable que nos mantengan motivados durante todo el año.
- Proponer planes con un planteamiento negativo en lugar de uno positivo. El lenguaje por la negativa, “no tengo que hacer tal cosa”, en general sigue la lógica de la idea obsesiva, donde sabemos que luchar contra la idea la refuerza. Pensar en “no comer comida chatarra”, por ejemplo, lleva a veces a asociar con momentos agradables, con los cuales hay que luchar para no pensar en ellos.
- Las resoluciones deben ser absolutamente personales. Si bien hablamos de algunas cuestiones de índole general, como el sueño, el descanso, el ejercicio o la salud mental, es fundamental establecer algo propio y que no deba justificar o busque la aprobación de los demás. Esto se ve mucho en tendencias en salud, dietas, ejercicios y la multitud de gurúes influencers que hay en redes, y así en lugar de establecer algo propio, buscamos imitar algo que parece positivo, sin duda quizás lo sea para quien lo propone, no sabemos si lo será para nosotros. Es decir, establecer objetivos a medida.
- Prestarle atención a los números. Cualquiera sea la propuesta, al igual que estas son personales, también lo será el tiempo que necesitemos para instalar el nuevo hábito. Es muy frecuente en influencers motivacionales hablar de por ejemplo 21 días, 3 meses etc. Estudios experimentales, pero en realidad es solo un dato, hablan de un rango entre 18 y 260 días para instalar un nuevo hábito. En realidad, hay que sostener la propuesta o volver a ella si tenemos algunas recaídas, el tiempo que sea necesario para que se vayan convirtiendo en un nuevo hábito, en una nueva vestimenta.