Redacción.- Las economías de África subsahariana crecerán un 3.4% en 2024 y un 3.8% en 2025, pero esta recuperación es «débil» e «insuficiente» para lograr un efecto significativo en la reducción de la pobreza en la región, alertó el Banco Mundial (BM) en un informe publicado este lunes.
El documento, titulado Africas Pulse (El pulso de África), subraya que, aunque las economías africanas superarán el 2.6% de crecimiento de 2023 y la inflación caerá del 7.1 al 5.1% de media durante este año, factores como los problemas de liquidez de los gobiernos, las deudas insostenibles y la desigualdad estructural harán que la pobreza se reduzca menos que en otras regiones.
Leer más: Tasa del dólar del 8 de abril 2024
Los frecuentes desastres naturales y el aumento de los conflictos y la violencia en países como Sudán o Etiopía, unidos a las inciertas condiciones económicas globales, provocan que la recuperación siga siendo “frágil”, pese al aumento del consumo privado y la disminución de la inflación, acentuada a raíz del covid-19 y que continúa siendo alta en comparación con los niveles previos a la pandemia.
El Banco Mundial señala que el ritmo de expansión económica en África subsahariana es todavía inferior a la tasa de crecimiento de la década anterior (2000-2014) y pasará de un aumento del 0.1% del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita en 2023 al 0.9 y 1.3% en los dos próximos años, respectivamente.
“El crecimiento del PIB per cápita del 1% se asocia con una reducción en la tasa de pobreza extrema de solo alrededor del 1% en la región, frente al 2.5% de media en el resto del mundo”, explicó el economista jefe del BM para África, Andrew Dabalen.
Para una reducción más rápida de la pobreza, en un contexto de “presupuestos gubernamentales limitados”, Dabalen pidió “fomentar la capacidad productiva del sector privado para crear más y mejores empleos para todos los segmentos de la sociedad”, además de una adecuada política fiscal, consolidada recientemente en países como Ghana, Kenia y Nigeria.
No en vano, el informe incide en que la situación presupuestaria de los gobiernos africanos sigue siendo vulnerable a las alteraciones de la economía mundial, lo que requiere medidas políticas para prevenir o afrontar futuras crisis.
La inestabilidad política y las tensiones geopolíticas pesan sobre la actividad económica y pueden limitar el acceso a alimentos de unos 105 millones de personas en riesgo de inseguridad alimentaria debido a conflictos y crisis climáticos, avisa la institución.