martes, diciembre 3, 2024

La insensata reelección

En este artículo de opinión seré lo más coherente posible. No voy a criticar lo que en el pasado hemos, en algún momento, apoyado; no obstante, explicaré la necesidad que han tenido casi todos los gobernantes dominicanos en repostularse de manera consecutiva a como dé lugar.

Siempre se ha dicho que el presidente que no aspire a reelegirse pierde apoyo y la fidelidad del funcionarato a sus órdenes, pero, sobre todo, que se expone a sufrir de la soledad del poder de manera temprana. ¿Cuánto habrá de cierto en todo eso?, ¿será que nadie puede frenar su adicción al poder?, o ¿solo será el miedo que les causa el tener que bajar del Olimpo? Estás y varias interrogantes más tenemos que buscarle respuesta, para entender un poco la insensata reelección que tanto en el 2020 como hoy se sigue buscando de igual manera.

Será causalidad, obra de la providencia, de un karma o de la mala suerte, pero en los últimos 100 años de vida republicana solo los presidentes de origen perredeísta elegidos constitucionalmente no lograron reelegirse. Aunque todos de una manera u otra lo intentaron, don Antonio, Jorge Blanco e Hipólito Mejía, el presidente Abinader buscaría romper ese designio fatalista, o es que el barco del PRM no cuenta con ningún otro capitán probado para llevarlo de nuevo a un puerto seguro.

La insensatez se produce cuando no se muestra en una persona la cualidad del buen juicio, de la prudencia, de la madurez en sus actos y decisiones, como al parecer se ve por estos lares oficialistas, porque de verdad que no existen las más mínimas condiciones para en un acto de cordura existencial abocarse a una acción tan aventurera, pero como tenemos que someternos a la rigurosidad científica e histórica, les explicaré con datos, no con mi particular criterio apreciativo, más bien con hechos comprobables, las razones de nuestra aseveración en este “decálogo a una imprudente repostulación”, veamos:

1.      En los últimos 17 procesos electorales en el continente americano, solo en dos casos se ha impuesto el partido oficial, en Nicaragua con el FSLN, con sus tintes particulares que todos conocemos, y en Canadá, donde el Partido Liberal del actual primer ministro, Justin Trudeau, pese a obtener muchísimo menos votos que la oposición, ganó más escaños, y logró retener el poder haciendo mayoría en alianza con otros partidos, pero su votación fue de apenas un 32% de los votos. Aquí se necesita tener el 50% más 1 para ganar la Presidencia de la República;

2.      En 12 de esos 17 procesos electorales, el oficialismo quedó totalmente fuera de la contienda, porque el partido oficial no ocupó ni el 1er ni el 2do lugar, en las preferencias ciudadanas de los países donde se realizaron dichos comicios;

3.      Con un mar de popularidad en el 2020, más la división del todopoderoso PLD de ese entonces, con un hartazgo general de la población por 16 años ininterrumpidos de gobierno de los morados, con el respaldo de la mayor alianza municipal y senatorial de 17 partidos políticos y con el apoyo manifiesto de todos los poderes fácticos de la nación, el presidente Abinader solo obtuvo el 52.52% de los votos en la suma de siete partidos que le postularon, pero el PRM solo obtuvo el 48.70% de estos, para un 1,998,407 sufragios a su favor;

4.      Pero lo más demostrativo de que la división del PLD creó desesperanza en sus filas fue la altísima abstención que se produjo, aunque se pudiese argumentar que fue producto de la pandemia, más los números no mienten: de 7,529, 932 ciudadanos inscritos hábiles para votar solo se emitieron 4,163,305 votos, una histórica baja votación de apenas un 55.29% de concurrencia del padrón electoral. De un promedio de asistencia de alrededor de un 70%, dejaron de votar casi un 15% de los inscritos para una apreciable cantidad de 1, 129,000 electores ausentes;

5.      Resulta que, en las mismas elecciones donde ganó el presidente Abinader, se eligieron 27 senadores de la oposición, donde casi todos obtuvieron muchísimo más votos en porcentaje que el electo Presidente, llegando algunos a obtener hasta casi un 69% de los sufragios a su favor; fue en ese nivel de elección donde se produjo el verdadero tsunami electoral, obra de la alianza opositora armada como estrategia por la plataforma electoral “Juntos Podemos”;

6.      En las elecciones de Colombia, el partido oficial, el centro democrático, liderado por el expresidente Álvaro Uribe, no pudo postular ni siquiera candidato presidencial propio y la mayoría de los militantes de dicha organización apoyaron al candidato Fico Gutiérrez, quien quedó en tercer lugar fuera del balotaje. La próxima cita electoral presidencial es en Brasil, que lo será el domingo 2 de octubre de este año, en donde la encuestas están mostrando un amplísimo apoyo a favor de Lula da Silva, casi doblando en simpatías al actual presidente Jair Bolsonaro. Hace apenas dos años y medio, éste histórico líder sindical salió de la cárcel imputado por corrupción;

7.      En la multicrisis sanitaria, alimentaria, económica, social y geopolítica en que estamos viviendo, se avizora que en algunas áreas lo peor está por llegar, apenas empezamos a sentir las secuelas que se derivaron de la pandemia y de este nuevo orden mundial que se está construyendo, donde la escasez y la inflación serán los problemas del diario vivir, entonces me cuestiono: ¿si los pueblos reeligen inflación?;

8.      El Gobierno del Cambio en vez de unir la nación en un momento tan difícil como en el que estamos, se apresta a actividades reeleccionistas en el interés de repostular al presidente Abinader, cuando la mayoría de nuestros problemas son principalmente de factura exógena, por lo cual no importando todo lo bien que se haga desde el gobierno, los resultados pueden que sean los mismos, obra, tal vez, de la mala suerte de tener que administrar un país en medio de la peor crisis de los últimos 70 años, a criterio de la CEPAL;

9.      El gobierno tiene varios frentes abiertos a la vez, con su propia dirigencia y militancia a la que le ha negado su entrada al tren gubernamental y hasta el derecho a votar internamente en su partido, con el PLD con quien llevan una guerra abierta, con muchos de sus aliados electorales a los que no les cumplieron, con los que les invirtieron muchísimo recursos económicos y ahora ni les toman el teléfono, con los miles de militares y policías que han retirado, y muchos de estos cancelados injustamente, con la clase media que les apoyo, pero que la han dejado en medio de esta inflación a la merced de la voracidad comercial, y sobre todo se han olvidado de los sectores más vulnerables, las clases populares, una gran parte de estos indigentes, en donde los que reciben las ayudas asistenciales gubernamentales solo les da para comer apenas dos días del mes, por el altísimo costo de la canasta básica; y

10.  Si el presidente Abinader con todas las condiciones a su favor en el 2020 solo obtuvo un 52%, ¿cómo ganaría unas elecciones en medio de tantas situaciones de crisis?, si únicamente la pudiese ganar en primera vuelta, porque en una segunda vuelta el que clasificase de la oposición no importa quién fuere, aunque estoy convencido que lo será Leonel Fernández, recibiría en la segunda cita comicial el respaldo electoral del voto opositor ciudadano de manera espontánea, cosa que no depende de ningún líder ni del PLD, ni de la FP, ni de ningún otra organización opositora, ninguno de los líderes y dirigentes de la oposición le pueden dar sus votos al gobierno en una segunda vuelta, porque el que así lo intente sus electores, no le cogerán línea y le dejarán solo, hablando con los postes de luz.

La reelección no tiene posibilidad matemática alguna, más en este enrarecido contexto internacional, donde el pensar ganarle la partida a la inflación, a la inseguridad y al temor ciudadano de impotencia por lo inesperado, es una apuesta sumamente arriesgada con todos los factores coadyuvantes en contra, lo que hace de la reelección presidencial en este momento un proyecto insensato.

En un país como el nuestro la gente se pliega al poder de manera interesada y temporal para buscar los beneficios que este le pueda suministrar, de manera oportunista y sinuosa muchos se acercan a pescar lo suyo, pero en actitud de sigilosa vigilancia para en la menor oportunidad irse detrás de quien dice la población y las encuestas que va a ganar las próximas elecciones, tontos son aquellos que no se dan cuenta lo que aquí expreso y prefieren a sabiendas que no existen condiciones endógenas y exógenas para ganar, insistir en comprar apoyo o respaldo de lo que recién le adversaron, cuando lo justo e inteligente fuera que se recompensará a los que les fueron leales por muchos años y a los que los ayudaron a ganar las elecciones del 2020, con el propósito de que en otra oportunidad electoral futura, poder contar con ellos, pero los perredeístas, hoy perremeístas, son las cabezas del parque jurásico político de la nación, son como los loros viejos que no aprenden a hablar, y cometen los mismos errores siempre, por esos los funestos resultados de sus gestiones gubernamentales y del destino insólito de sus gobernantes.

Buscando lo que no podrán lograr por las razones aquí explicadas, pueden perder lo que tienen y es el favor hasta de sus propios militantes, que cuando vean llegar la jauría oportunistas abrevar en el manantial reeleccionista, mientras ellos se han quedado como perico en la estaca, esperando el alpiste que en 20 años nunca llegó para después ver cómo sus líderes alimentan a los aprovechados y ventajistas a costa de su arduo trabajo, tendrán que observar la alta dirigencia oficialista posteriormente como se producirá la obligada migración de una parte importante de los suyos a otros litorales, en razón del gran desencanto y la decepción por el olvido, ahí sentirán los reeleccionistas la veraz y atinada frase popular que expresa “quien da pan a perro ajeno, pierde el pan y pierde perro”.

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