La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de lanzar una alerta que hay que tener en cuenta.
El SARS-CoV-2, el virus causante de la covid-19, sigue circulando por todo el mundo en una situación de absoluta relajación en cuanto a los contagios.
Desde que desapareció la obligatoriedad de las mascarillas en lugares públicos y, más recientemente, en centros sanitarios, la sensación de que el peligro ya no existe es total. Tras más de tres años de convivencia con el virus, ya es conocido por todos los ciudadanos que el SARS-CoV-2 cambia constantemente y acumula mutaciones en su código genético a lo largo del tiempo.
Y así continúa siendo ya que aparecen nuevas variantes que reemplazan a las anteriores y otras desaparecen. Aunque desde que llegó la variante ómicron no ha habido otra que la suplante.
El Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias continúa analizando las variantes de covid. Según el último informe publicado por el Ministerio de Sanidad el pasado mes de julio el porcentaje de ómicron se sitúa en el 100% de los casos y, en concreto, era la variante XBB.1.5 y derivados la que predominaba a nivel global, siendo la mayoritaria en España. Pues bien, ahora es la EG.5 la que se confirma como un derivado de la variante recombinante XBB y representa otro ajuste incremental del virus en lugar de un gran salto evolutivo como la cepa ómicron original.
EG.5, variante de interés por la OMS
La Organización Mundial de la Salud (OMS), que levantó el 5 de mayo la emergencia internacional por la pandemia, ha advertido de que la variante EG.5 de la covid-19 (descendiente de XBB.1.9.2 y notificada por primera vez en febrero de 2023) puede aumentar los casos a nivel mundial. Sin embargo, la buena noticia es que no hay evidencia científica de que, por el momento, esté produciendo un incremento en cuanto a las hospitalizaciones.
No obstante, organismo sanitario internacional de Naciones Unidas a publicado este martes 8 de agosto un informe en el que califica a EG.5 como de riesgo «bajo» para la salud pública. Se designó como variante bajo vigilancia el 19 de julio y este miércoles 9 de agosto la OMS la ha calificado como variante de interés.
«Aunque EG.5 ha mostrado una mayor prevalencia, ventaja de crecimiento y propiedades de escape inmunitario, no se han registrado cambios en la gravedad de la enfermedad hasta la fecha. Aunque se han observado aumentos concurrentes en la proporción de hospitalizaciones por EG.5 y la covid-19 (menores que en oleadas anteriores) en países como Japón y Corea del Sur, no se han establecido asociaciones entre estas hospitalizaciones y la EG.5», ha resaltado el organismo.
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Sin embargo, la OMS también puntualiza que, debido a su ventaja de crecimiento y a sus características de escape inmunitario, EG.5 «puede provocar un aumento de la incidencia de casos y convertirse en dominante en algunos países o incluso a nivel mundial».
EG.5 porta una mutación adicional F456L en la proteína espiga en comparación con las subvariantes de las que procede, XBB.1.9.2 y XBB.1.5. Dentro del linaje EG.5, la subvariante EG.5.1 tiene una mutación adicional Q52H en la espiga y representa el 88% de las secuencias disponibles para EG.5 y sus linajes descendientes.
A nivel mundial, se ha producido un aumento constante de EG.5. Durante la semana del 17 al 23 de julio, su prevalencia global fue del 17,4%, lo que supone «un aumento notable» con respecto a los datos notificados cuatro semanas antes (del 19 al 25 de junio), cuando fue del 7,6%.
Hasta el 7 de agosto, se han recopilado para su estudio 7.354 secuencias de EG.5 procedentes de 51 países. La mayor parte proceden de China (30,6%, 2.247 secuencias). Los demás países con al menos 100 secuencias son Estados Unidos (18,4%, 1.356), Corea del Sur (14,1%, 1.040), Japón (11,1%, 814), Canadá (5,3%, 392), Australia (2,1%, 158), Singapur (2,1%, 154), Reino Unido (2,0%, 150), Francia (1,6%, 119), Portugal (1,6%, 115) y España (1,5%, 107).
Síntomas de covid
Hay que recordar que los síntomas más comunes de estos últimos linajes son: tos, fatiga, dolor de cabeza, dolor de garganta, fiebre, congestión y secreción nasal, estornudos, voz ronca, dolores musculares, ahogo, pérdida de olfato y de apetito, taquicardia y diarrea.
