Cada 16 de junio se celebra el Día Internacional de las Remesas Familiares, una fecha dedicada a reconocer la importancia fundamental que tienen las contribuciones financieras enviadas por los trabajadores migrantes a sus familias y comunidades en sus países de origen.
Estas remesas no solo representan un sustento básico para millones de hogares, sino que también constituyen un motor esencial para el desarrollo sostenible en muchas naciones.
¿Qué son las remesas familiares?
Las remesas son los fondos que los emigrantes envían regularmente a sus países de origen, generalmente a familiares, para cubrir necesidades básicas como alimentación, vivienda, educación y salud. Este flujo económico privado tiene un impacto directo en la calidad de vida de millones de personas, especialmente en áreas rurales y pequeñas ciudades de países en desarrollo.
Según estimaciones recientes, aproximadamente el 75% de las remesas se destinan a cubrir necesidades inmediatas, mientras que el 25% restante, que supera los 100 mil millones de dólares anuales, se utiliza para otros fines como ahorro, inversión y proyectos a largo plazo. La mejora en las oportunidades de ahorro e inversión puede permitir que las familias de migrantes construyan un futuro más estable y próspero.
Las remesas tienen un impacto directo en la vida de cerca de mil millones de personas —una de cada siete en el mundo— y su volumen total supera incluso la inversión extranjera directa y representa casi tres cuartas partes de la asistencia oficial para el desarrollo.
Un reconocimiento global
Este día fue proclamado en 2015 por los 176 Estados Miembros del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y apoyado por la Asamblea General de la ONU, lo que refleja un compromiso global para aprovechar al máximo el potencial de las remesas en la lucha contra la pobreza y la promoción del desarrollo.
Una oportunidad para el futuro
Se proyecta que durante la Agenda 2030, las remesas hacia países en desarrollo alcancen los 4,5 billones de dólares, una cifra que podría transformar la vida de millones de personas, especialmente en comunidades rurales donde estos recursos son cruciales.
Además, a pesar de los desafíos impuestos por la pandemia, en 2021 los migrantes enviaron 605 mil millones de dólares a sus familias en países de ingresos medios y bajos. Actualmente, alrededor de 200 millones de trabajadores migrantes prestan servicios esenciales en más de 40 países de altos ingresos y respaldan económicamente a 800 millones de familiares en más de 125 países.
Más allá de las cifras globales, lo más significativo son los envíos mensuales de 200 o 300 dólares, que en muchos hogares representan más del 60% de sus ingresos. Estas remesas son una expresión tangible de afecto y compromiso que ayuda a decenas de millones de familias a alcanzar sus objetivos de desarrollo personal y sostenible.
Aunque las remesas son fondos privados, existe un creciente respaldo del sector privado y regulatorio para maximizar su impacto. Los gobiernos y las instituciones financieras internacionales tienen la oportunidad de fortalecer la inclusión financiera, especialmente en las zonas rurales más pobres, mediante políticas que faciliten el envío de dinero y promuevan el ahorro y la inversión productiva.