Vaticano.– En una histórica ceremonia celebrada este domingo en la plaza de San Pedro, el Papa León XIV canonizó al venezolano José Gregorio Hernández, conocido como el “médico de los pobres”, otorgando a Venezuela su primer santo y un motivo de esperanza en medio de la prolongada crisis económica y social que atraviesa el país.
Ante una multitud de aproximadamente 70,000 personas, León XIV proclamó santo a Hernández, junto a la madre Carmen Rendiles Martínez, fundadora de una orden religiosa venezolana, y otros cinco beatos, incluyendo al laico Peter To Rot de Papúa Nueva Guinea, asesinado en 1945 por defender el matrimonio monógamo.
La misa, descrita por el pontífice como una “gran celebración de santidad”, convirtió la plaza vaticana en un mosaico de banderas venezolanas y emociones compartidas. Miles de peregrinos ondearon los colores rojo, azul y amarillo, que se mezclaban con los uniformes de los guardias suizos, en un ambiente de júbilo y fervor espiritual.
José Gregorio Hernández, nacido en 1864 en Isnotú, Trujillo, fue un médico, científico y filántropo que dedicó su vida a atender gratuitamente a los más necesitados. Su profunda fe y vocación de servicio lo convirtieron, a lo largo de más de un siglo, en un símbolo de solidaridad, humildad y devoción cristiana para millones de venezolanos.
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El Vaticano recordó que el papa Francisco, desde su hospital en febrero pasado, aprobó la canonización de Hernández sin requerir el proceso formal de confirmación de milagros, citando la “veneración generalizada del doctor-santo entre los fieles”. Esta decisión fue considerada un gesto excepcional y de reconocimiento a la fe popular del pueblo venezolano.
Celebración en Venezuela
Mientras en Roma se realizaba la misa de canonización, miles de venezolanos se congregaron en Caracas, frente a la iglesia Nuestra Señora de La Candelaria, donde descansa una estatua de ocho metros del nuevo santo. Allí, los fieles siguieron la ceremonia a través de una pantalla gigante, en medio de oraciones, cantos y lágrimas de emoción.
El presidente Nicolás Maduro agradeció públicamente al papa Francisco por su papel en la canonización, señalando que el gesto representa “una bendición para el pueblo venezolano” y pidió orar “por el nuevo santo y por el papa Francisco”.
Un legado de fe y esperanza
Con esta canonización, José Gregorio Hernández se convierte oficialmente en el primer santo venezolano, un título que confirma su papel central en la espiritualidad del país. Su figura, que trasciende credos y clases sociales, es vista como un símbolo de unión nacional en tiempos de adversidad.
“Que el ejemplo del doctor Hernández inspire a Venezuela a sanar las heridas del alma y a reconstruir la esperanza desde la fe y la solidaridad”, dijo el papa León XIV al concluir la ceremonia, que también fue uno de los últimos actos públicos del pontífice antes de su retiro.






