El presidente estadounidense, Joe Biden, habría presenciado múltiples ataques de Commander, su feroz pastor alemán, al personal del Servicio Secreto, forzándolo a utilizar un bozal, según revelan documentos recientemente publicados.
De acuerdo con la correspondencia del Servicio Secreto, obtenida recientemente por la organización Judicial Watch, el número de ataques relacionados con Commander podría superar las tres docenas: estos incluyen visitas a urgencias y al sastre.
Los ataques se produjeron mientras Biden o su equipo de seguridad paseaban al perro, por lo que el mandatario fue testigo de muchas de las agresiones, obligándolo más adelante a comprar un bozal para su mascota, según destacan múltiples miembros del Servicio Secreto.
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«[El portal de noticias] TMZ acaba de informar de un ataque de perro en la Casa Blanca. Por favor, ¿podemos encontrar la manera de ponerle un bozal a este perro?», se lee en uno de los correos del personal de la División de Seguridad, Salud y Medio Ambiente del Servicio Secreto.
La llegada de Commander a la Casa Blanca se produjo después de que la familia Biden se deshicieran de su anterior perro, Major, que también tenía una tendencia a comportarse agresivamente, incluso atacando al personal