La propuesta de reforma cultural del presidente de Argentina, Javier Milei, ha desencadenado un debate acalorado en el país con más de 20,000 artistas rechazando el DNU 70/23 y la ley ómnibus.
Milei sostiene que, «no hay plata, y si no hay plata, tengo que elegir si financiamos películas que no mira nadie o damos de comer a la gente».
En Argentina, el Gobierno busca reducir los aportes estatales al cine, cerrar el Instituto Nacional del Teatro y modificar la asignación de recursos del Instituto Nacional de la Música, generando preguntas sobre la identidad nacional y el papel de las industrias culturales.
En ese sentido, Adrián Suar, expresó su desacuerdo durante una entrevista en La noche de Mirtha, en la que fundamentó su oposición sobre la visión gubernamental de Milei de que la cultura empobrece al país, señalando específicamente el posible desfinanciamiento del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA).
Este enfrentamiento trasciende el ámbito cinematográfico para convertirse en un debate más amplio sobre el futuro de la cultura y el arte argentino.
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La posición de Milei, coincide con cuestionamientos hechos por Santiago Matías (Alofoke) en tiempos pasados, sobre la rentabilidad de la industria cinematográfica local.
En aquella ocasión, Matías abogó por mayor transparencia en la asignación presupuestaria, denunciando un abuso de la Ley de Cine y solicitando una revisión exhaustiva.
Esta posición de Alofoke, que además se extiende a la idea de una probable eliminación de la ley, generó en su momento debates acalorados con el cineasta, hoy cónsul en Los Ángeles, Alfonso Rodríguez Zorrilla, quien piensa lo contrario.
Este conflicto generado por la posición de Milei en Argentina se podría extender a República Dominicana, ya que subraya la necesidad de una profunda discusión sobre cómo equilibrar la preservación cultural con las demandas pragmáticas de la sociedad, abordando el futuro de las expresiones artísticas y la identidad nacional en ambos países.
Tanto Javier Milei como Santiago Matías coinciden en proponer que, en lugar de asignar recursos a películas, se atiendan las necesidades básicas de la población.
