Chiba. – El público regresó este jueves tras tres años a la feria de videojuegos Tokyo Game Show, donde el sector presenta las novedades de la industria con especial énfasis en el metaverso y el desembarco en territorio asiático de la consola Steam Deck.
Un total de 605 compañías de 37 países participan hasta el domingo en la feria, una de las más relevantes del mundo y la mayor de Asia, y que por primera vez desde el estallido de la pandemia de covid regresa a la presencialidad y acoge público, pese a mantener las conferencias en un formato híbrido, presenciales y en línea.
La feria, que arrancó hoy en el centro de convenciones Makuhari Messe de Chiba, al este de Tokio, acogió en 2021 una edición semipresencial con asistencia limitada a periodistas e «influencers» en un sólo pabellón, que este año se han ampliado a ocho, lo que representa en torno al 70 % de la escala que tuvo tres años atrás.
Entre las compañías asistentes se encuentran gigantes del sector como Sega, cuyo «Sonic Frontiers», la nueva entrega del erizo azul recogedor de anillos que se lanzará en noviembre, generó gran expectación entre los asistentes al primer día del evento y deparó colas para probarlo desde primera hora.
Expectativas
También generaron expectativas las demos jugables de «Dragon Ball: The Breakers», el nuevo multijugador basado en la exitosa serie del mangaka Akira Toriyama y publicado por Bandai Namco; o el juego de acción «Forspoken», publicado por Square Enix, que además llevó contenido de «Crisis Core: Final Fantasy VII Reunion».
Atlus, Konami, THQ Nordic, Koei Tecmo o Capcom fueron otras de las compañías con mayor trascendencia en la presente edición del Tokyo Game Show, que reservó un espacio para los títulos de estudios independientes, entre los que se repartirán varios premios en los próximos días.
La gran ausente fue PlayStation, la rama de videojuegos de Sony, que optó en la víspera por publicar uno de sus vídeos «State of Play» para anunciar novedades, siguiendo los pasos del gigante Nintendo, que no acostumbra a asistir a la feria japonesa, pese a estar presente a través de los juegos que desarrollan otros creadores para sus consolas.
La feria quiso volver a resaltar el potencial de tecnologías como la realidad virtual (RV), la realidad aumentada (RA) y el metaverso, volviendo a implementar la plataforma virtual para visitar el evento remotamente que se estrenó en la edición anterior y dedicando un área específica para títulos y dispositivos afines al «mundo digital».
En este sentido destacó la presencia de Meta, con sus gafas y controles de la serie Meta Quest 2; que llegó a acumular hasta 120 minutos de espera para probarse en el recinto.
Tecnología
El uso de esta tecnología no se reduce a los videojuegos y muestra de ello quiso dar la japonesa Pico Technology; que ofreció varias sesiones para probar su dispositivo de realidad virtual Pico Neo3 Link en la proyección de cortos o sesiones de música.
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En un área muy próxima y también de especial envergadura hay una sección dedicada a la consola portátil Steam Deck, de Valve, que se lanzará en Japón este año tras causar sensación en Norteamérica y Europa al permitir jugar en formato portátil los títulos de la plataforma Steam para ordenadores de sobremesa.
«Estamos muy emocionados de traer un dispositivo como éste no sólo a Japón, sino a otras regiones de Asia, y sentimos también cierta responsabilidad» a la hora de lograr un hueco en el mercado nipón, dijo a Efe Isshin Hayashi, del departamento de ventas de Komodo, el distribuidor regional de la consola.
Las reservas de la consola para Japón, Corea del Sur, Taiwán y Hong Kong comenzaron en agosto de cara a su lanzamiento en una fecha aún por determinar de este 2022, y la empresa ha llevado hasta la feria en torno a medio centenar de dispositivos para abrir boca a los asistentes a la feria japonesa.
Los organizadores del Tokyo Game Show esperan este año contar con unos 150.000 visitantes, un cifra aún lejos de los más de 262.000 asistentes con los que contó en 2019, antes de la pandemia, y que se ha visto influida por las restricciones fronterizas aún vigentes en el país, que limitan la llegada al territorio de turistas.