Investigadores de cuatro prestigiosas universidades, encabezados por la Universidad Cornell, han llevado a cabo un revelador estudio desentrañando el código genético de los gorriones cantores de América del Norte.
Este análisis arrojó luz sobre una sorprendente adaptación genética relacionada con la variabilidad de tamaños corporales, desafiando las adversidades del cambio climático.
La investigación, en la que participaron científicos de la Universidad de Columbia Británica (UBC), Bautista Ouachita y Alaska Fairbanks, se centró en secuenciar el genoma completo de los gorriones cantores. Este estudio, que abarcó casi todas las 25 subespecies reconocidas, constituye el primer paso de un ambicioso esfuerzo de investigación.
Los resultados revelaron que la regla de Bergmann, que establece que en climas más fríos los organismos tienden a tener cuerpos más grandes, se refleja en la sorprendente variedad de tamaños corporales encontrada en los gorriones cantores en toda su distribución occidental.
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La coautora Jennifer Walsh, del Laboratorio de Ornitología de Cornell, expresó su asombro ante la diferencia de tamaño entre los gorriones cantores. Se encontró que estos pájaros tienen una capacidad sustancial para adaptarse al cambio ambiental local, y los mecanismos genéticos subyacentes resultaron más claros de lo anticipado.
Para este estudio, se secuenciaron y compararon 79 genomas de nueve subespecies de gorriones cantores, originarios de múltiples ubicaciones. Las muestras de tejido provinieron del Museo del Norte de la Universidad de Alaska, recolectadas entre 1997 y 2000, proporcionando una sólida base para el análisis genético.
El estudio respalda la idea de que la evolución no solo ocurre a lo largo de millones de años, sino que los procesos microevolutivos, cambios que tienen lugar en un corto período de tiempo, desempeñan un papel crucial en la supervivencia de los gorriones cantores en condiciones climáticas cambiantes.
Aunque el hallazgo sugiere un futuro resiliente para estas aves, los investigadores plantean preguntas cruciales sobre la velocidad de adaptación frente al calentamiento global acelerado. La microevolución, si bien puede compensar parcialmente los efectos del cambio climático, plantea la incógnita de si podrá seguir el ritmo del calentamiento global.