Cada 29 de mayo, el mundo celebra el Día Mundial del Everest, una fecha que conmemora el histórico ascenso de Sir Edmund Hillary (de Nueva Zelanda) y el sherpa Tenzing Norgay (de Nepal) a la cima del Monte Everest, en 1953. Este acontecimiento no solo marcó un hito en la historia del alpinismo, sino que también dio inicio a una fascinación mundial por esta majestuosa montaña, símbolo de desafío, superación y respeto por la naturaleza extrema.
Ubicado en la cordillera del Himalaya, el Monte Everest, o Sagarmatha en nepalí y Chomolungma en tibetano, es la montaña más alta del planeta, con una altitud de 8,848.86 metros sobre el nivel del mar, según la medición más reciente conjunta entre Nepal y China.
El Everest fue bautizado así por el topógrafo británico Andrew Waugh en honor a George Everest, ex topógrafo general de la India. Sin embargo, para las comunidades locales, la montaña ya tenía significados espirituales mucho antes de ser reconocida mundialmente.
¿Cómo se llega a la cima?
Existen dos rutas principales hacia la cima: la ruta del sudeste desde Nepal, y la del norte desde el Tíbet. La ruta del sudeste, más frecuentada, parte del Campo Base del Everest (a 5,364 metros), al cual se llega tras un exigente trekking de alrededor de 10 días desde Lukla, un pequeño pueblo con uno de los aeropuertos más peligrosos del mundo.
Desde allí, los alpinistas atraviesan campamentos intermedios, la peligrosa cascada de hielo del Khumbu, el Collado Sur y, finalmente, la cima, en una travesía que puede durar de 6 a 9 semanas, dependiendo del clima y la aclimatación.
Las bondades del Everest
Más allá del reto físico, el Everest es una fuente de espiritualidad, biodiversidad y cultura. La región del Khumbu, que lo rodea, alberga monasterios budistas, glaciares milenarios y comunidades sherpas que viven en armonía con la montaña. Para los locales, el Everest no es solo una montaña, sino una deidad viviente.
Además, el Everest ha servido como plataforma para destacar temas como el cambio climático, la equidad de género en el alpinismo y la resiliencia humana.
Thais Herrera: en la cima del Everest
La única mujer en llegar a la cima del Everest y plasmando su huella en la historia de República Dominicana es Thais Herrera, quien alcanzó esta proeza en mayo de 2023. Su logro fue celebrado como un símbolo de empoderamiento, valentía y disciplina de la mujer.
Herrera, ingeniera industrial y atleta de alto rendimiento, ha utilizado su voz para promover el montañismo en América Latina, visibilizar a las mujeres en deportes extremos y fomentar el respeto por la naturaleza.
“Mi ascenso al Everest no fue solo personal, fue una representación de todo lo que las mujeres caribeñas y latinoamericanas pueden lograr con preparación y determinación”, expresó Herrera tras regresar de su expedición.
El Día Mundial del Everest es una oportunidad para rendir tributo a quienes han desafiado sus límites para llegar a la cima, pero también para reflexionar sobre el delicado equilibrio entre la exploración y la conservación. El Everest, más que una montaña, es un símbolo de la grandeza de la naturaleza y del espíritu humano que se niega a rendirse.
En tiempos donde los desafíos globales se multiplican, mirar hacia el Everest nos recuerda que aún quedan cimas por conquistar —dentro y fuera de nosotros.







