Ginebra.- Al menos 8.938 personas murieron en rutas migratorias en todo el mundo en 2024, la cifra más alta desde que en 2014 comenzara sus registros la Organización Internacional para las Migraciones de Naciones Unidas (OIM).
La cifra publicada este viernes supone un aumento del 2,1 % respecto a 2023, cuando se registró la muerte de al menos 8.747 migrantes, y es el cuarto año consecutivo en el que las víctimas aumentan desde 2020, el año con menos fallecimientos en parte por la reducción de los flujos que produjo la pandemia de covid-19.
Por primera vez desde 2019 la ruta mediterránea no ha sido la más letal para los migrantes: en ella fallecieron el pasado año al menos 2.452 personas, mientras que el mayor número de muertos se produjo en las rutas de Asia (2.778), donde flujos como el de afganos a Irán se situaron entre los más peligrosos en el mundo.
Las rutas migratorias africanas registraron al menos 2.242 muertos, las de América 1.233, y al menos 233 migrantes fallecieron en Europa, según las cifras de la OIM, que utiliza para este seguimiento las estadísticas del Proyecto Migrantes Desaparecidos, permanentemente actualizadas.
"Las elevadas cifras muestran la necesidad de unos sistemas de salvamento y rescate adecuados, así como la necesidad de establecer rutas migratorias seguras y regulares como alternativas a muchas peligrosas travesías", subrayó la agencia de Naciones Unidas.
Según la OIM, al menos un 10 por ciento de todas las muertes fueron violentas, algo que la organización atribuyó a las peligrosas travesías en Asia.
La agencia subraya que las estadísticas ocultan probablemente un número real de víctimas mucho mayor, por la falta de cifras oficiales en muchos casos, un problema que también impide conocer las identidades y orígenes de muchos de los muertos en esas rutas.
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Sumando los 11 años de seguimiento realizados por el Proyecto Migrantes Desaparecidos, el Mediterráneo se mantiene como la ruta más peligrosa del mundo, con 31.722 víctimas, seguida de lejos por África (16.895), América (11.038), Asia (9.835), Oriente Medio (3.277) y Europa (1.355).
En el Mediterráneo sin embargo se registró el año pasado un descenso del 22% en el número de muertes y desapariciones, tras las 3.155 de 2023, y este descenso fue el primero desde 2020.
De las 2,452 muertes registradas en aguas mediterráneas el pasado año, 1.719 se produjeron en la ruta central (principalmente la que une Libia con Italia), otras 558 en la occidental, que incluye a España, y 175 en la oriental.
El mayor número de muertes en el Mediterráneo se registró en 2016 (5.136) y el menor en 2020 (1.450).