Redacción.- El acoso puede causar traumas emocionales profundos, lo que puede llevar a problemas de ansiedad, depresión y estrés postraumático en el futuro. Los recuerdos dolorosos y las experiencias negativas pueden impactar la salud mental y la forma en que una persona ve el mundo y se relaciona con los demás.
Asimismo, puede socavar la confianza y la autoestima de una persona. Los niños que son acosados pueden comenzar a creer que son inferiores o que hay algo mal en ellos, lo que puede persistir en la edad adulta. Esto puede llevar a problemas de autoimagen negativa, dificultades para establecer límites y falta de confianza en sí mismos.
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Según los estudios realizados, este hecho provoca que las víctimas se sientan excluidas o rechazadas por sus compañeros. Esto puede llevar a un aislamiento social y dificultades para establecer relaciones saludables en el futuro. El apoyo social es esencial para el bienestar mental, por lo que la falta de conexiones positivas puede aumentar el riesgo de problemas de salud mental.
De la misma manera, los niños que sufren acoso pueden tener dificultades para adaptarse a nuevas situaciones o enfrentar desafíos. Pueden desarrollar patrones de evitación o miedo a ser juzgados o ridiculizados. Esto puede afectar su capacidad para enfrentar el estrés y lidiar con situaciones difíciles en el futuro.