Santo Domingo.– Doris Altagracia Mejía, doctora especialista en oncología vive una situación desesperada al cuidar a su hijo Nicolás, un niño con múltiples condiciones de salud que requieren atención constante y costosos tratamientos. La profesional, quien lleva dos años esperando su nombramiento oficial en el sistema de salud pública, asegura que ha tenido que limpiar casas para poder sobrevivir y cubrir parte de los elevados gastos médicos de su hijo.
Según su testimonio, Nicolás es trillizo y nació prematuro, con apenas 900 gramos de peso y una infección, lo que le provocó complicaciones severas desde sus primeros días de vida. Actualmente padece hipertensión arterial, hidrocefalia secundaria a hemorragia cerebral, epilepsia, hipotiroidismo, reflujo gastroesofágico, neumonías a repetición y retraso psicomotor, entre otros diagnósticos.
El menor de los trillizos ha sido hospitalizado 13 veces, 10 de ellas en la Unidad de Cuidados Intensivos, y ha tenido que someterse a cinco cirugías, con una sexta programada próximamente. Además, cuenta con una traqueostomía, un botón gástrico y una válvula derivativa para su condición de hidrocefalia.
También puedes leer: Familia de dominicano herido por explosión solicita ayuda
El niño requiere una serie de medicamentos diarios, entre ellos Keppra, Clonagin, Atemperator, Tanacol, Nexium, Enalapril, Espironolactona, Nifedipino y Eritromicina, además de nebulizaciones cada cuatro horas con fármacos que alcanzan precios de hasta 10 mil pesos. La familia asegura que el gasto semanal puede superar los 100 mil pesos, una cifra imposible de sostener sin apoyo.
“Soy médica. no tengo quién cuide a Nico, quién necesita atención permanente y no tengo dinero para pagar una enfermera. Me he visto obligada a limpiar casas. Es muy triste estar en esta situación siendo profesional de la salud”, expresó.
La madre también explicó que el Senasa, agotó la cobertura médica tras los últimos ingresos del niño, que sumaron más de 40 días en clínicas privadas entre enero y marzo de este año.
Además de Nicolás, la doctora tiene otros dos hijos: Mateo y Tayler, quienes también enfrentan dificultades de salud. Mateo recibe terapia del habla por un trastorno del lenguaje, y Tayler es tratado por hipotiroidismo y un posible diagnóstico de autismo. Cada terapia cuesta 3,000 pesos por sesión y no está cubierta por el seguro médico.
El padre de los niños, según relató, trabaja en tres empleos (mercaderista, en acarreos y vendiendo arroz), para intentar cubrir los gastos familiares. Aun así, los ingresos son insuficientes.
La profesional hace un llamado al Gobierno dominicano y a las autoridades de Salud Pública para que se agilice su nombramiento, o bien que alguna mano solidaria o institución le brinde apoyo económico.
“Ya agotamos todas las vías. Solo pedimos una oportunidad para trabajar y cuidar a nuestros hijos”, manifestó.
Cualquier ayuda que le pueda dar a esta familia, puede hacerlo comunicándose con Doris al teléfono 849-340-0597.
Datos para donaciones:
Cuenta de ahorro del Banco de Reservas 9603945771 a nombre de Doris Altagracia Mejía Acosta, cédula 402-2114881-6.






