El Día Internacional del Orgasmo que se celebra cada 8 de agosto brinda una excelente oportunidad para reflexionar sobre las diversas maneras de fomentar y alcanzar el clímax sexual en cada etapa de nuestras vidas. En una relación íntima, la satisfacción no se logra simplemente acumulando acciones o repitiendo actos mecánicos enfocados en las necesidades de una sola persona. Es vital dedicar tiempo, compartir lo que a cada uno le gusta y considerar las preferencias de la pareja.
La comunicación no verbal es un elemento clave en este proceso. Los cuerpos pueden expresar intensidad, placer, rechazo o inhibición, y la conexión entre las parejas permite que estas expresiones se entrelacen, dando lugar a una experiencia más enriquecedora y gratificante.
Para aumentar la satisfacción erótica, hay varias estrategias que se pueden explorar. Estas incluyen prolongar la relación sexual con caricias y besos tiernos, disfrutar más del sexo oral, compartir y explorar preferencias y fantasías, elogiar a la pareja, incorporar humor y lencería atractiva, experimentar con nuevas posiciones y expresar amor durante el acto sexual.
Sin embargo, es importante reconocer que los mandatos sociales heredados y, a veces, autoimpuestos, pueden imponer restricciones en la sexualidad femenina. Para disfrutar de una experiencia sexual plena y satisfactoria, es fundamental romper con los mitos y comunicar abierta y sinceramente lo que se desea. La sexualidad es un viaje personal y compartido, y estas estrategias pueden ayudar a que sea un viaje más gratificante y enriquecedor para todos los involucrados.
Opciones terapéuticas para aumentar el deseo sexual
Entre las opciones terapéuticas, las diferencias entre la flibanserina (viagra rosa o viagra femenino) y las terapias hormonales -conocidas como los chip o pellets de hormonas bioidénticas- son:
La flibanserina se aprobó para el deseo sexual hipoactivo en la mujer perimenopaúsica, es decir cuando comienzan a bajar los niveles de estrógenos, progesterona y testosterona. La mujer sufre más la disminución del deseo que el hombre, sin embargo no solo se debe a factores biológicos, sino que se suman causas emocionales, sociales, y las molestias que provocan los síntomas perimenopáusicos.
Este fármaco en realidad es un antidepresivo que actúa mejorando los niveles del neurotransmisor dopamina y reduce la serotonina, provocando un incremento del deseo sexual. No actúa elevando los niveles hormonales ni es un vasodilatador como el Sildenafil (el viagra masculino), su condición química de ser un antidepresivo con acción sobre el deseo requiere que se tome diariamente (a diferencia del viagra que se ingiere en el momento del encuentro sexual).
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La aparición de flibanserina tuvo sus defensores y sus detractores, por un lado se aplaudía la aparición de un fármaco para ayudar al deseo sexual de las mujeres, pero por otro se criticaba la aprobación por parte de la FDA por la persistencia de efectos colaterales que no habían sido estudiados con más tiempo. Se debe prevenir la aparición de efectos adversos como la hipotensión, náuseas, somnolencia, fatiga, etc. Además se le critica que el efecto terapéutico no es muy superior al placebo.
La terapia de reemplazo hormonal para impulsar la libido
En cuanto a las terapias hormonales que aumentan la libido (conocidos como chips de hormonas bioidénticas o pellets hormonales) se aplican a nivel subcutáneo permitiendo que las hormonas (de síntesis a partir de moléculas naturales) se liberen lentamente.
En realidad se trata de una terapia de reemplazo hormonal con moléculas bioidénticas que según los estudios son más seguras que las orgánicas. No existe demasiada evidencia sobre estos tratamientos, se reporta que los pellets de testosterona en mujeres perimenopáusicas o menopáusicas han mejorado su deseo sexual, así como los sofocos, la piel, la estructura de los huesos y el tono muscular.
Sin embargo, el deseo sexual no responde solo a las hormonas o a los cambios físicos, los factores ambientales son de crucial importancia así como la capacidad personal y de la pareja para adaptarse a esta etapa de la vida.
Por lo tanto, podemos decir que el deseo sexual no es mensurable; es variable a lo largo la vida de la persona (aún con mínimas variaciones); es lábil (sujeto a la edad, cultura, problemas personales, estrés, enfermedades, fármacos, etc.), es adaptable a las diferentes situaciones eróticas; se modifica (en más o en menos) durante el acto sexual; está influido por las fantasías, las emociones, los estímulos externos; reafirma al sujeto en su estima y confianza personal; por el contrario, cuando falta provoca preocupación y problemas de pareja.
Desde el punto de vista biológico, podemos decir que existen neurotransmisores que lo incitan: la testosterona, la dopamina, y otros que lo disminuyen: la serotonina, el cortisol plasmático (hormona del estrés).
Las cuestiones emocionales menoscaban la motivación erótica actuando como potentes estresantes que alejan el cuerpo de la experiencia placentera. Las mujeres sufren más la disminución del deseo, sobre todo entrada la menopausia, lo cual no impide que pueda mejorarse.
En realidad, se suman otros factores asociados: la rutina de la vida en pareja, “reencontrarse” después de la partida de los hijos, la aceptación del paso del tiempo y las modificaciones corporales y anímicas. Cada etapa vital requiere de flexibilidad para adaptarse a los cambios.
El incremento de la expectativa de vida permite que las mujeres no se resignen y esta etapa, por el contrario; ellas se abren a nuevas experiencias para sentirse jóvenes y activas. En el ámbito de la pareja plantean tener más y mejor calidad de comunicación, en el sexo piden lo que les gusta, defienden sus espacios personales y su vida social.
Si los hombres maduros obtienen ganancias sexuales y a su estima con la ayuda de la pastillita azul, las mujeres lo hacen sintiéndose más libres, despojadas de los clásicos mandatos de la maternidad y la vida familiar. No creo que para las mujeres la pastillita rosa (flibanserina) o el uso de chips u otros métodos de mejorar la biología corporal, sean nuevas presiones para mantenerse atractivas y sexualmente activas.
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Si creo que las modificaciones subjetivas son las más importantes, es decir, apropiarse de sí mismas, de las ganas y de la libertad para vivir con más congruencia, sin culpas ni reproches.
Los reemplazos hormonales tanto en hombre como en mujeres se indican hace muchos años, con sus cuidados y en caso de que las hormonas naturales estén descendidas y provoquen sintomas. Este último es un criterio medico fundamental: sirven para reeemplazo cuando los niveles hormonales son bajos, no cuando los niveles son normales. La diferencia entre los pellets y otras formas de presentacion es que los pellets son como pequeñas cápsulas del tamaño de un grano de arroz que contienen la hormona, se aplican en forma subcutánea en zonas adiposas y la formula hormonal se libera lentamente hasta los seis meses de la aplicación. La ANMAT autorizó las hormonas que se usan, pero aún no aprobó la presentación en pellets.
En la Argentina hay lugares donde se aplica (Córdoba) basándose en preparados magistrales según el caso. Los pellets de testosterona no tienen mucha evidencia médica y no existe acuerdo entre los pros y los contra, sobre todo el uso de testosterona en mujeres, en las cuales podría provocar efectos colaterales como aumento del vello corporal y desajustes con las propias hormonas.
En los hombres el riesgo aparece cuando existen antecedentes de adenoma de próstata o cáncer de próstata. La testosterona es una hormona que interviene en el metabolismo óseo, muscular, en el deseo sexual y el deseo en general y ayuda a mejorar el estado de ánimo (por eso cuando falta se. produce el síndrome del hombre irritable).